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Miqueas 2:4 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 En aquel tiempo se levantará sobre vosotros una parábola, y se endechará una amarga lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; Él ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio y los repartió a otros.

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Biblia Reina Valera 1960

4 En aquel tiempo levantarán sobre vosotros refrán, y se hará endecha de lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; él ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio y los repartió a otros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 En aquel día sus enemigos se burlarán de ustedes cuando entonen esta canción de lamento acerca de ustedes: «¡Estamos acabados, totalmente arruinados! Dios confiscó la tierra, nos la ha quitado. Dio nuestros campos a los que nos traicionaron».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Cuando llegue aquel día, otros se burlarán de ustedes y les cantarán la canción: 'Hemos sido saqueados; han repartido nuestras tierras. ¿Quién echará al opresor que se adueñó de mis campos?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Aquel día entonarán refrán sobre vosotros, Amargos lamentos que dirán: ¡Cómo fuimos despojados! ¡Cómo me la ha quitado! Él ha trocado la porción de mi pueblo: Al infiel ha repartido nuestros campos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 En aquel día se hará a costa vuestra un proverbio y se entonará un lamento, un lamento que dice: '¡Estamos totalmente arruinados! ¡La porción de mi pueblo ha sido entregada! ¡Cómo arrebatan lo que es mío! ¡Entre los enemigos distribuyen nuestros campos!''.

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Miqueas 2:4
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿No han de levantar todos estos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Y dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! Y, ¿hasta cuándo había de amontonar sobre sí barro espeso?


Aun te traeré heredero, oh moradora de Maresa; la gloria de Israel vendrá hasta Adulam.


Por las montañas levantaré lloro y lamentación, y llanto por los pastos del desierto; porque desolados fueron hasta no quedar quien pase, ni oyeron bramido de ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, y se fueron.


Del todo será vaciada la tierra, y totalmente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.


Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió Él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté totalmente desolada;


Y palparás a mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y sólo serás oprimido y despojado todos los días, y no habrá quien te salve.


Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, rey de Moab, de las montañas del oriente, diciendo: Ven, maldíceme a Jacob; y ven, condena a Israel.


Y procuraban prenderle, porque sabían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían al pueblo, y dejándole se fueron.


Destruiré del todo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.


Levantaos, y andad, pues este no es vuestro reposo; y porque está contaminado, os destruirá con grande destrucción.


Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré por en medio de ti, dice Jehová.


Oíd esta palabra que yo levanto por lamentación sobre vosotros, oh casa de Israel.


Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.


Llora tú como virgen vestida de cilicio por el marido de su juventud.


He aquí que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija.


Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas, lamentaciones y ayes.


Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote andan vagando en una tierra que no conocen.


He aquí que subirá como nubes, y sus carros como un torbellino; sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque hemos sido saqueados!


que levantarás este proverbio sobre el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo ha cesado el opresor, ha cesado la ciudad del oro!


Y endechó Jeremías por Josías, y todos los cantores y cantoras recitan sus lamentaciones sobre Josías hasta hoy; y las dieron por norma para endechar en Israel, las cuales están escritas en las Lamentaciones.


Y endechó David a Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha.


Y tomó su parábola, y dijo: Dijo Balaam, hijo de Beor, dijo el varón de ojos abiertos;


Y tomó su parábola, y dijo: Balaam, hijo de Beor ha dicho, y el varón de ojos abiertos ha dicho:


Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; Escucha mis palabras, hijo de Zipor:


Y sus casas serán entregadas a otros, sus heredades y también sus esposas; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.


Por tanto, daré sus esposas a otros, y sus campos a los que los posean; porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, son dados a la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Por tanto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo; haré gemido como de dragones y lamento como de búhos.


Y los esparciré entre gentes que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que yo los acabe.


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