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Mateo 8:16 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Y caída la tarde, trajeron a Él muchos endemoniados; y con su palabra echó fuera a los espíritus, y sanó a todos los que estaban enfermos:

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Aquella noche, le llevaron a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malignos con una simple orden y sanó a todos los enfermos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Al atardecer le llevaron muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malos con una sola palabra, y sanó también a todos los enfermos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Al atardecer le trajeron muchos endemoniados, y con su° palabra echó los demonios y sanó a todos los enfermos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Llegada la tarde, le presentaron muchos endemoniados. Expulsó con su palabra a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos,

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Mateo 8:16
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y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.


Y a la puesta del sol, todos aquellos que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a Él; y Él ponía las manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba.


Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.


tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.


Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.


Entonces fue traído a Él un endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.


Entonces vinieron a Él unos trayendo a un paralítico, que era cargado por cuatro.


Y he aquí, le trajeron a un paralítico echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten ánimo, tus pecados te son perdonados.


Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.


Y los que los apacentaban huyeron; y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había acontecido con los endemoniados.


Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.


Y también salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres Cristo, el Hijo de Dios. Pero Él les reprendía y no les dejaba hablar; porque sabían que Él era el Cristo.


Y cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.


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