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Mateo 6:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 »Cuando ores, no hagas como los hipócritas a quienes les encanta orar en público, en las esquinas de las calles y en las sinagogas donde todos pueden verlos. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Cuando estéis orando, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para exhibirse ante los hombres.° De cierto os digo que ya están recibiendo toda su recompensa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y cuando hagáis vuestra oración, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar erguidos en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para exhibirse ante la gente. Os lo aseguro: ya están pagados.

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Mateo 6:5
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa.


Mas el publicano, estando lejos, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.


Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tuviereis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en el cielo os perdone a vosotros vuestras ofensas.


Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;


Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.


que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación.


Mas Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.


Y les dijo también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar,


Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, se hincaba de rodillas tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.


orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;


¡Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.


Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.


Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré; y Él oirá mi voz.


Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.


Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.


Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con vestiduras largas, y aman las salutaciones en las plazas,


Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.


Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino del cielo delante de los hombres; porque ni entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar.


Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; aunque esté mano sobre mano, no quedará impune.


y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,


El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; mas la oración de los rectos es su gozo.


Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.


Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.


Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;


Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque tenéis vuestro consuelo.


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