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Mateo 22:44 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

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Biblia Reina Valera 1960

44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 “El Señor le dijo a mi Señor: ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies’” .

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 En un salmo dice: El Señor ha dicho a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies.

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos debajo° de tus pies?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?

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Mateo 22:44
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Salmo de David Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.


Y, ¿a cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?


Porque es necesario que Él reine, hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.


el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo hecho la purificación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,


puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.


Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; Él te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.


Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército.


Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por el cual lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, para ganar a Cristo,


a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.


Y Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!


Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y matadlos delante de mí.


Los harás como un horno ardiente en el tiempo de tu ira: Jehová los tragará en su ira, y el fuego los devorará.


Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?


Jesús le dijo: Tú lo has dicho. Además os digo: Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra de poder, y viniendo en las nubes del cielo.


Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.


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