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Mateo 12:50 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, y hermana, y madre.

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Biblia Reina Valera 1960

50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

50 Pues todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

50 Tomen a cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos, y ése es para mí un hermano, una hermana o una madre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

50 Porque todo el que haga la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano y hermana, y madre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre'.

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Mateo 12:50
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Entonces respondiendo Él, les dijo: Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios, y la ponen por obra.


Porque todo aquel que hiciere la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.


Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.


Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que Él ha enviado.


Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan a Galilea, y allí me verán.


Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.


Y esta es la voluntad del que me envió: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.


Y el mundo pasa, y su concupiscencia, pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.


Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.


a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.


para que ya el tiempo que queda en la carne, viva, no en las concupiscencias de los hombres, sino en la voluntad de Dios.


Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva criatura.


Jesús le dijo: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.


Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad.


donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos.


Porque en Jesucristo ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por amor.


Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora demanda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;


Mientras Él aún hablaba, una nube resplandeciente los cubrió; y he aquí, una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento; a Él oíd.


Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.


y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser autor de eterna salvación a todos los que le obedecen;


Porque os celo con celo de Dios; porque os he desposado a un esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.


sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.


Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo, en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.


¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana, una esposa, como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?


Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada.


Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.


Y aquel día salió Jesús de casa, y se sentó junto al mar.


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