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Marcos 8:34 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Luego Jesús llamó a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: 'El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Y llamando a la gente junto con sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,° tome su cruz y sígame,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Y llamando junto a sí al pueblo, juntamente con sus discípulos, les dijo: 'El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y sígame.

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Marcos 8:34
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.


Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;


y rompí el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos;


Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias.


Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.


En esto conocemos el amor de Dios, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.


Salvo mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad.


Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.


a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte;


Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados.


Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.


Haced morir, pues, vuestros miembros que están en la tierra; fornicación, impureza, pasiones desordenadas, mala concupiscencia y avaricia, que es idolatría;


Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor a Cristo.


Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; porque el que ha padecido en la carne, cesó de pecado;


Mas lejos esté de mí gloriarme, salvo en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.


Os aseguro por la gloria que de vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día muero.


sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que el cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.


Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.


sabiendo que en breve debo dejar mi tabernáculo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.


antes bien regocijaos en que sois participantes de los padecimientos de Cristo; para que cuando su gloria sea revelada, os regocijéis con gran alegría.


enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a las concupiscencias mundanas, vivamos en este presente mundo, sobria, justa y piadosamente.


Que ahora me regocijo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia,


confirmando el alma de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe; y diciéndoles que es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.


Y cuando Jesús oyó esto, le dijo: Aún te falta una cosa: Vende todo lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.


Porfiad a entrar por la puerta estrecha; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.


Y saliendo, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a este obligaron a cargar su cruz.


No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados; y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.


Salgamos, pues, a Él, fuera del campamento, llevando su vituperio.


Porque oímos que hay algunos de entre vosotros que andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear.


Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos para ganar a más.


Por lo cual, si la comida hace tropezar a mi hermano, jamás comeré carne para no ser tropiezo a mi hermano.


Y Él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;


Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:


Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: Ve, vende todo lo que tienes y da a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, toma tu cruz, y sígueme.


Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended:


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