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Marcos 12:6 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Por último, teniendo aún un hijo, su amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 hasta que le quedó solo uno, su hijo, a quien amaba profundamente. Finalmente, el dueño lo envió porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Todavía le quedaba uno: ése era su hijo muy querido. Lo mandó por último, pensando: 'A mi hijo lo respetarán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Aún tenía uno, un hijo amado, y lo envió de último a ellos, pensando: Respetarán a mi hijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Todavía le quedaba alguien: un hijo muy querido. Lo envió, pues, a ellos en último lugar, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'.

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Marcos 12:6
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y yo le vi, y doy testimonio de que Éste es el Hijo de Dios.


Y he aquí una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento.


En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él.


Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios.


para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.


El Padre ama al Hijo y todas las cosas ha dado en su mano.


Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios: Tú eres el Rey de Israel.


A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.


Y el Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.


Y vino una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado; a Él oíd.


y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia.


Y vino una nube que les cubrió de sombra, y desde la nube una voz que decía: Éste es mi Hijo amado; a Él oíd.


Y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo contentamiento.


Mas Jesús callaba. Y el sumo sacerdote respondiendo, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.


Mientras Él aún hablaba, una nube resplandeciente los cubrió; y he aquí, una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento; a Él oíd.


Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar.


He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, que interpretado es: Dios con nosotros.


He aquí mi siervo, a quien yo sostengo; mi escogido en quien mi alma tiene contentamiento. He puesto sobre Él mi Espíritu, Él traerá juicio a las naciones.


Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.


Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.


Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, pues que no me rehusaste a tu hijo, tu único;


Y dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.


Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te he engendrado hoy.


Y nosotros respondimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un joven que le nació en su vejez, pequeño aún; y un hermano suyo murió, y solo él ha quedado de su madre, y su padre lo ama.


Y volvió a enviar a otro, y a este mataron; y a otros muchos, hiriendo a unos y matando a otros.


Pero aquellos labradores dijeron entre sí: Éste es el heredero, venid, matémosle, y la heredad será nuestra.


El anciano al muy amado Gayo, a quien yo amo en la verdad.


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