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Marcos 12:14 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Y viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que enseñas el camino de Dios en verdad: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?

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Biblia Reina Valera 1960

14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 —Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Eres imparcial y no tienes favoritismos. Enseñas con verdad el camino de Dios. Ahora dinos, ¿es correcto que paguemos impuestos al César o no?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Y dijeron a Jesús: 'Maestro, sabemos que eres sincero y que no te inquietas por los que te escuchan, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios. Dinos, ¿es contrario a la Ley pagar el impuesto al César? ¿Tenemos que pagarlo o no?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 que llegando, le dicen: Maestro, sabemos que eres veraz y que no te cuidas de nadie,° pues no miras la apariencia de los hombres,° sino que enseñas de verdad el camino de Dios: ¿Es lícito o no dar tributo a César? ¿Daremos o no daremos?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Llegan, pues, y le dicen: 'Maestro, sabemos que eres sincero y que nada te importa de nadie; porque no te fijas en las apariencias de las personas, sino que enseñas realmente el camino de Dios. ¿Es lícito pagar tributo al César: sí o no? ¿Debemos pagarlo o no debemos pagarlo?'.

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Marcos 12:14
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sino según fuimos aprobados por Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones.


Pero de aquellos que parecían ser algo (lo que hayan sido, no me importa: Dios no acepta la apariencia del hombre); a mí, pues, los que parecían ser algo en conferencia nada me comunicaron.


Qué, ¿persuado yo ahora a los hombres, o a Dios? ¿Acaso busco agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.


De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ahora ya no le conocemos así.


Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres, mas a Dios somos manifiestos; y espero que también en vuestras conciencias seamos manifiestos.


Porque no somos como muchos que adulteran la palabra de Dios; antes con sinceridad, como de parte de Dios, delante de Dios hablamos en Cristo.


Porque si yo os contristo, ¿quién será entonces el que me alegre, sino aquel a quien yo contristé?


El que habla de sí mismo, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, Éste es verdadero, y no hay injusticia en Él.


Pues por esto también pagáis los impuestos; porque son ministros de Dios que atienden continuamente a esto mismo.


Y comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos hallado que Éste pervierte la nación; y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que Él mismo es Cristo, un Rey.


¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?


Y cuando vino, enseguida se acercó a Él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó.


Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?


Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar a Jacob su transgresión, y a Israel su pecado.


¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Porque vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios; y conforme a todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, háznoslo saber así, y lo pondremos por obra.


Libra mi alma, oh Jehová, de labio mentiroso, de la lengua engañosa.


Las palabras de su boca fueron más blandas que mantequilla, pero guerra había en su corazón; suavizó sus palabras más que el aceite, mas ellas fueron espadas desenvainadas.


Y se multiplica su fruto para los reyes que tú has puesto sobre nosotros por causa de nuestro pecado. Y ellos se enseñorean sobre nuestros cuerpos y sobre nuestro ganado, como les place, y estamos en grande angustia.


Por tanto, que el temor de Jehová sea con vosotros; mirad lo que hacéis; porque en Jehová nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de personas, ni el recibir cohecho.


Y dijo Micaías: Vive Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey.


No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.


Por tanto, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos;


Y le enviaron los discípulos de ellos, con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de ningún hombre, porque no miras la apariencia del hombre.


Y enviaron a Él algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le prendiesen en alguna palabra.


Pero Él, conociendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme una moneda para que la vea.


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