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Malaquías 3:7 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué nos hemos de volver?

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Biblia Reina Valera 1960

7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Desde los días de sus antepasados, han despreciado mis decretos y los han desobedecido. Ahora, vuelvan a mí y yo volveré a ustedes», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. «Pero ustedes preguntan: “¿Cómo podemos volver cuando nunca nos fuimos?”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 En efecto, desde los tiempos de sus antepasados, ustedes se han apartado de mis ordenanzas y no las han practicado. Vuelvan a mí y yo volveré a ustedes, dice Yavé de los ejércitos. Pero ustedes preguntan: '¿Por qué tenemos que volver?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis estatutos, y no los habéis guardado. ¡Volveos a mí, y Yo me volveré a vosotros!, dice YHVH Sebaot. Pero vosotros decís: ¿En qué nos hemos de volver?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Desde los días de vuestros padres os apartáis de mis preceptos y no los observáis. Volved a mí, y yo volveré a vosotros -dice Yahveh Sebaot-. Vosotros preguntáis: '¿Cómo volveremos?'.

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Malaquías 3:7
38 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por tanto, diles: Así dice Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice Jehová de los ejércitos.


Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.


Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer su propia justicia, no se han sujetado a la justicia de Dios.


Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad vuestras manos; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.


Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán, y se saciarán, y engordarán; y luego se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me provocarán y quebrantarán mi pacto.


Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; pues por tu pecado has caído.


Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los puercos; mas nadie le daba.


Convertíos, hijos infieles, y yo sanaré vuestra infidelidad. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios.


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.


El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo Padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?


Porque yo los metí en la tierra sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto, y a todo árbol frondoso, y allí ofrecieron sus sacrificios, y allí presentaron la provocación de sus ofrendas, allí pusieron también el olor grato, y allí derramaron sus libaciones.


Sin embargo los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo contra ellos en el desierto.


Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis decretos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.


Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.


Extendí mis manos todo el día a un pueblo rebelde, que anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;


Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti; e hicieron grandes abominaciones.


Vuestras palabras han sido duras contra mí, dice Jehová. Y todavía decís: ¿Qué hemos hablado contra ti?


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.


Y antes yo vivía sin ley, pero cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.


desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, madrugando cada día y enviándolos:


Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron y los adoraron, y me dejaron a mí, y no guardaron mi ley;


Y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.


Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.


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