Lucas 5:12 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹² Y aconteció que estando en una ciudad, he aquí un hombre lleno de lepra, el cual viendo a Jesús, se postró sobre su rostro, y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

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Biblia Reina Valera 1960

¹² Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² En una de las aldeas, Jesús conoció a un hombre que tenía una lepra muy avanzada. Cuando el hombre vio a Jesús, se inclinó rostro en tierra y le suplicó que lo sanara. —¡Señor! —le dijo—, ¡si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio!

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Estando Jesús en uno de esos pueblos, se presentó un hombre cubierto de lepra. Apenas vio a Jesús, se postró con la cara en tierra y le suplicó: 'Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Aconteció que estando Él en una de las ciudades, había allí° un varón cubierto de lepra; y al ver a Jesús, cayó sobre su rostro, y le rogó diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Estaba él en una ciudad y había allí un hombre cubierto de lepra. Al ver éste a Jesús, se postró ante él y le suplicó: 'Señor, si quieres, puedes dejarme limpio'.

Lucas 5:12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Salmos 50:15

Invócame en el día de la angustia; y te libraré, y tú me honrarás.

Lucas 17:16

y se postró sobre su rostro a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano.

Mateo 9:28

Y llegado a casa, los ciegos vinieron a Él; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le dijeron: Sí, Señor.

Hebreos 7:25

por lo cual puede también salvar eternamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

Salmos 91:15

Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y lo honraré.

Mateo 26:6

Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

Éxodo 4:6

Y le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.

Génesis 18:14

¿Hay alguna cosa difícil para Jehová? Al tiempo señalado volveré a ti, según el tiempo de la vida, y Sara tendrá un hijo.

1 Crónicas 21:16

Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

2 Reyes 5:1

Naamán, capitán del ejército del rey de Siria, era un gran varón delante de su señor, y le tenía en alta estima, porque por medio de él Jehová había dado salvamento a Siria. Éste era un hombre valeroso en extremo, pero leproso.

1 Reyes 18:39

Y cundo todo el pueblo lo vio, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!

Josué 5:14

Y Él respondió: No; sino que he venido ahora como capitán del ejército de Jehová. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?

Deuteronomio 24:8

Guárdate de llaga de lepra, observando diligentemente, y haciendo según todo lo que os enseñaren los sacerdotes levitas: cuidaréis de hacer como les he mandado.

Levítico 9:24

Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto y las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y cayeron sobre sus rostros.

Marcos 5:23

y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está a punto de morir; ven y pon tus manos sobre ella para que sea sana, y vivirá.

2 Reyes 7:3

Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales se dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

2 Reyes 5:27

Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu simiente para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve.

Levítico 13:16

Mas cuando la carne viva se mudare y volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote;

Lucas 5:13

Y extendiendo su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.