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Lucas 16:15 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es abominación.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Entonces él les dijo: «A ustedes les encanta aparecer como personas rectas en público, pero Dios conoce el corazón. Lo que este mundo honra es detestable a los ojos de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Ustedes aparentan ser gente perfecta, pero Dios conoce los corazones, y lo que los hombres tienen por grande lo aborrece Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os declaráis justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Pero él les dijo: 'Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestro corazón; porque lo que los hombres estiman, lo abomina Dios.

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Lucas 16:15
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Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo he rechazado; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; porque el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.


Todo camino del hombre es recto en sus propios ojos; pero Jehová pesa los corazones.


Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también traerá a luz lo encubierto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.


Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.


Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; aunque esté mano sobre mano, no quedará impune.


Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como a nosotros;


sino el del hombre interior, el del corazón, en incorruptible adorno de un espíritu humilde y apacible, lo cual es de grande estima delante de Dios.


Y el Señor le dijo: Ahora, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera de la copa y del plato; pero por dentro estáis llenos de rapiña y de maldad.


Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, que aquí se ha hallado ahora, ha dado para ti espontáneamente.


Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?


Y heriré a sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño los riñones y los corazones; y daré a cada uno de vosotros según sus obras.


Igualmente, jóvenes, sujetaos a los ancianos; y todos sujetaos unos a otros, y vestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.


Por tanto, por las obras de la ley ninguna carne será justificada delante de Él; pues por la ley es el conocimiento del pecado.


Y no tenía necesidad de que alguien le diese testimonio del hombre, porque Él sabía lo que había en el hombre.


Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;


Y él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.


Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad; pero hombre fiel ¿quién lo hallará?


El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;


Oh, que se acabe la maldad de los impíos, pero establece tú al justo; porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.


Entonces escucha tú desde el cielo, desde el lugar de tu habitación, y perdona, y da a cada uno conforme a todos sus caminos, habiendo conocido su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres);


Este, pues, adquirió un campo con el salario de su iniquidad, y cayendo rostro abajo, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.


que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación.


Y acechándole enviaron espías que se fingiesen justos, para sorprenderle en palabras, y así poder entregarle a la potestad y autoridad del gobernador.


Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.


Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa.


Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa.


Decimos, pues, ahora, que son bienaventurados los soberbios, y también que los obreros de iniquidad son los prosperados; y aunque tentaron a Dios, escaparon.


Aunque mientras viva, bendiga a su alma: y tú serás alabado cuando te hicieres bien.


Este su camino es locura; con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. (Selah)


Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro, entristecido de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Le dijo: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.


Porque el malo se jacta del deseo de su corazón, y bendice al codicioso al cual aborrece Jehová.


Y también dijo esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros:


Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.


Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido


Y el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.


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