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Levítico 13:45 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

45 Y el leproso en quien hubiere llaga, sus vestiduras serán rasgadas y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

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Biblia Reina Valera 1960

45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 »Los que sufran de una enfermedad grave de la piel deberán rasgar su ropa y dejar su cabello sin peinar. Tienen que cubrirse la boca y gritar: “¡Impuro! ¡Impuro!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 El leproso que tiene llaga de lepra llevará los vestidos rasgados e irá despeinado; se cubrirá hasta el bigote y tendrá que gritar: '¡Impuro, impuro!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Los vestidos del leproso que tenga la llaga estarán rasgados y su cabeza desgreñada. Se tapará hasta el bigote y pregonará: ¡Impuro! ¡Impuro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Los leprosos llevarán los vestidos desgarrados, irán despeinados, se cubrirán la barba e irán gritando: ¡impuro, impuro!

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Levítico 13:45
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y los videntes serán avergonzados, y confundidos los adivinos; y todos ellos cubrirán sus labios, porque no hay respuesta de Dios.


Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar, sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestras vestiduras, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación: pero dejad que vuestros hermanos, toda la casa de Israel, lamente el incendio que Jehová ha hecho.


Reprime el suspirar, no hagas luto por los muertos; ata tu mitra sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no cubras tus labios, ni comas pan de hombres.


¡Apartaos! ¡Inmundos! les gritaban, ¡Apartaos, apartaos, no toquéis! Cuando huyeron y fueron dispersados, dijeron entre las naciones: Nunca más morarán aquí.


Y entrando en una aldea, le vinieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos,


Y haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres;


Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestimentas, no descubrirá su cabeza, ni romperá sus vestiduras:


Al ver esto Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.


Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.


Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.


Porque yo reconozco mis transgresiones; y mi pecado está siempre delante de mí.


Rasgad vuestro corazón, y no vuestras vestiduras; y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque Él es misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia, y se arrepiente de castigar el mal.


Y no tuvieron temor, ni rasgaron sus vestiduras, ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras.


Yacemos en nuestra vergüenza, y nuestra confusión nos cubre: porque pecamos contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día; y no hemos obedecido la voz de Jehová nuestro Dios.


He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.


Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y en ceniza.


Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y cayendo en tierra adoró.


Entonces Tamar tomó ceniza, y la esparció sobre su cabeza, y rasgó su vestido de colores que llevaba puesto, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando.


Y Rubén volvió al pozo, y he aquí, José no estaba en el pozo, y rasgó sus vestiduras.


Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; limpiaos los que lleváis los vasos de Jehová.


leproso es, es inmundo; el sacerdote luego lo declarará inmundo; en su cabeza tiene su llaga.


Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales se dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?


Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado sobre muerto:


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