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Lamentaciones 3:51 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

51 Mis ojos contristaron mi corazón, por todas las hijas de mi ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

51 Mis ojos contristaron mi alma por todas las hijas de mi ciudad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

51 Se me destroza el corazón por el destino de todas las mujeres de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

51 Me duelen los ojos al ver a las hijas de mi ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

51 [ Mis ojos conmueven mi alma, por todas las hijas de mi ciudad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

51 Los ojos me duelen de llorar por todas las hijas de mi ciudad.

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Lamentaciones 3:51
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Violaron a las mujeres en Sión, a las vírgenes en las ciudades de Judá.


Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada: Mataste en el día de tu furor, degollaste, no perdonaste.


Jehová es justo; pues yo contra su palabra me rebelé. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: Mis vírgenes y mis jóvenes fueron en cautiverio.


Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y cada uno comerá la carne de su amigo, en el cerco y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas.


Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote andan vagando en una tierra que no conocen.


Y el pueblo a quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalén por el hambre y por la espada; y no habrá quien los entierre, ni a ellos, ni a sus esposas, ni a sus hijos, ni a sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.


Así, pues, dice Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada; sus hijos y sus hijas morirán de hambre;


Porque ¿cómo iré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.


Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.


hasta que Jehová mire y vea desde el cielo.


Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué.


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