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Lamentaciones 2:21 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada: Mataste en el día de tu furor, degollaste, no perdonaste.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada; Mataste en el día de tu furor; degollaste, no perdonaste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 »Mira cómo yacen en las calles, jóvenes y viejos, niños y niñas, muertos por la espada del enemigo. Los mataste en tu enojo; los masacraste sin misericordia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Por tierra yacen en las calles niños y ancianos; mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a cuchillo; mataste en el día de tu cólera, mataste sin compasión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 v Muchachos y ancianos yacen en el suelo por las calles, Mis jóvenes y mis doncellas han caído pasados a cuchillo, Hiciste que murieran en el día de tu ira, Hiciste matanza sin contemplación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Sin. Yacen por tierra en las calles niños y viejos; mis doncellas y mis jóvenes cayeron a espada. Has matado en el día de tu ira, has degollado sin piedad.

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Lamentaciones 2:21
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos.


Por tanto, no tendré ya más piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová; porque he aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de su rey; y herirán la tierra, y yo no los libraré de sus manos.


Desplegaste la ira, y nos perseguiste; mataste, no perdonaste.


y los quebraré el uno contra el otro, a los padres y a los hijos juntamente, dice Jehová: No tendré piedad, ni perdonaré, ni tendré misericordia, sino que los destruiré.


Jehová ha hecho lo que tenía determinado, ha cumplido su palabra que Él había mandado desde tiempo antiguo: Destruyó, y no perdonó; y ha hecho que se alegre sobre ti el enemigo, y ha enaltecido el cuerno de tus adversarios.


Destruyó el Señor, y no perdonó; Devoró en su furor todas las tiendas de Jacob: Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, humilló el reino y a sus príncipes.


El Señor ha pisoteado a todos mis hombres valientes en medio de mí; Convocó contra mí asamblea para quebrantar mis jóvenes; el Señor ha pisoteado, como en lagar, a la virgen hija de Judá.


Por tanto, entrega sus hijos al hambre, y haz derramar su sangre por medio de la espada; y sus esposas queden sin hijos y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la guerra.


Envié entre vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; pero no os volvisteis a mí, dice Jehová.


Así también yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia, sino que haré recaer el camino de ellos sobre su cabeza.


Por tanto, yo también obraré con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y aunque griten a mis oídos con gran voz, yo no los oiré.


Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; te pagaré conforme a tus caminos y a tus abominaciones que están en medio de ti; y sabréis que yo soy Jehová que hiere.


Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; sino que retribuiré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.


Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, ciertamente por haber profanado mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, por tanto, yo también te disminuiré; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré misericordia.


Jehová es justo; pues yo contra su palabra me rebelé. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: Mis vírgenes y mis jóvenes fueron en cautiverio.


contigo destruiré hombres y mujeres, contigo destruiré viejos y niños, y contigo destruiré jóvenes y doncellas.


Y después, dice Jehová, entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus siervos, y al pueblo, y a los que quedaren en la ciudad de la pestilencia, de la espada y del hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan sus vidas; y él los herirá a filo de espada; no los perdonará ni les tendrá compasión ni les tendrá misericordia.


Así, pues, dice Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada; sus hijos y sus hijas morirán de hambre;


Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para exterminar a los niños de las calles y a los jóvenes de las plazas.


Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, cansado estoy de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque tanto el marido como la esposa serán apresados, el viejo con el lleno de días.


Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquél no es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.


Y fueron enviadas cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, y matar, y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y para apoderarse de su despojo.


Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruiréis en él todo lo que tuviere: y no te apiades de él; mata hombres y mujeres, niños, y aun los de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos.


Y destruyeron a filo de espada todo lo que había en la ciudad; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, ovejas y asnos.


gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño;


De fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al joven como a la virgen, al que es amamantado como al hombre cano.


Las calzadas de Sión tienen luto, porque no hay quien venga a las fiestas solemnes; todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen, sus vírgenes afligidas, y ella tiene amargura.


En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.


Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sión que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.


Oíd, pues, oh mujeres, palabra de Jehová, y vuestro oído reciba la palabra de su boca; y enseñad endechas a vuestras hijas, y cada una a su amiga, lamentación.


Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Jehová: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestra fortaleza, el deseo de vuestros ojos, y el deleite de vuestra alma; vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada.


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