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Lamentaciones 1:20 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Mira, oh Jehová, que estoy atribulada; mis entrañas hierven, mi corazón se revuelve dentro de mí; porque me rebelé en gran manera; de fuera la espada priva de hijos, en casa señorea la muerte.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi corazón se trastorna dentro de mí, porque me rebelé en gran manera. Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreó la muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »¡Señor, mira mi angustia! Mi corazón está quebrantado y mi alma desespera porque me rebelé contra ti. En las calles la espada mata, y en casa solo hay muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Mira, Yavé, que estoy en angustias, me hierven las entrañas. Dentro se me retuerce el corazón, porque he sido muy rebelde. Afuera la espada acaba con los hijos, y dentro de la ciudad, la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 r Mira, oh YHVH, que estoy angustiado, mis entrañas se conmueven, Mi corazón se revuelve dentro de mí, Pues he sido rebelde en gran manera.° Por fuera la espada privó de hijos, por dentro se enseñoreó la muerte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Res. ¡Mira, Yahveh, cuán angustiada estoy! Me hierven las entrañas, mi corazón se retuerce en mi interior, porque he sido muy rebelde. Por fuera hace estragos la espada, por dentro es como la muerte.

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Lamentaciones 1:20
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Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.


De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada; y al que esté en la ciudad, el hambre y la pestilencia lo consumirán.


Por tanto, mis entrañas sonarán como arpa por Moab, y mi interior por Kir-hareset.


De fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras el espanto; así al joven como a la virgen, al que es amamantado como al hombre cano.


¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque el sonido de la trompeta has oído, oh alma mía, el pregón de guerra.


Mis entrañas hierven, y no reposan; días de aflicción me precedieron.


Oí, y se conmovieron mis entrañas; a la voz temblaron mis labios; pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; si bien estaré quieto en el día de la angustia, cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.


¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? ¿He de entregarte yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.


Jehová es justo; pues yo contra su palabra me rebelé. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: Mis vírgenes y mis jóvenes fueron en cautiverio.


Todo su pueblo suspira buscando su pan; han dado por la comida todas sus cosas preciosas, para reanimar su alma. Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida.


Su inmundicia está en sus faldas; no se acordó de su postrimería: Por tanto, ella ha caído asombrosamente, no tiene consolador. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.


Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-heres: porque perecieron las riquezas que había hecho.


¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿No es niño placentero? Pues desde que hablé contra él, fervientemente le he recordado. Por eso mis entrañas se conmueven por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.


Si salgo al campo, he aquí muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote andan vagando en una tierra que no conocen.


Sólo reconoce tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y tus caminos has derramado a los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová.


Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se desviará de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dices: No he pecado.


Como la grulla y como la golondrina me quejaba; Gemía como la paloma; mis ojos se cansaron de mirar hacia arriba: Oh Jehová, violencia padezco; fortaléceme.


El que encubre sus pecados, no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.


Estoy derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón es como cera, derretido en medio de mis entrañas.


Él mira sobre los hombres; y si alguno dice: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado;


Estoy debilitado y molido en gran manera; he gemido a causa de la conmoción de mi corazón.


Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres: porque contra ti hemos pecado.


Pecado cometió Jerusalén; por lo cual ella ha sido removida: Todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; y ella suspira, y se vuelve atrás.


hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, hemos sido rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios.


Cayó la corona de nuestra cabeza: ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos.


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