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Jueces 2:18 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová era con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová se arrepentía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cada vez que el Señor levantaba un juez sobre Israel, él estaba con ese juez y rescataba al pueblo de sus enemigos durante toda la vida del juez. Pues el Señor tenía compasión de su pueblo, que estaba sobrecargado de opresión y sufrimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Cuando Yavé les envió jueces, Yavé estaba con el juez, y durante toda la vida del juez los libraba de las manos de sus enemigos. Pues Yavé tenía piedad de ellos cuando escuchaba sus lamentos bajo la opresión y la persecución.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y cuando YHVH les levantaba jueces, YHVH estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días de aquel juez, porque YHVH se conmovía de sus gemidos a causa de quienes los maltrataban y oprimían.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Cuando Yahveh les suscitaba jueces, Yahveh estaba con el juez y los salvaba de sus enemigos durante la vida del juez, pues Yahveh tenía piedad de los gemidos que les arrancaban los que los oprimían y vejaban.

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Jueces 2:18
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.


Porque Jehová juzgará a su pueblo, y por amor a sus siervos se arrepentirá, cuando viere que su fuerza se ha ido, y que no queda preso o desamparado.


Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó Dios de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.


¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? ¿He de entregarte yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.


Mas Joacaz oró a la faz de Jehová, y Jehová lo oyó: porque miró la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía.


Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová: Y su alma fue angustiada a causa de la aflicción de Israel.


Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le pesó en su corazón.


Y Él le respondió: Ciertamente yo seré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: Cuando hayas sacado este pueblo de Egipto, servirán a Dios sobre esta montaña.


Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió Dios del mal que había dicho que les había de hacer, y no lo hizo.


Vuelve, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.


Por la opresión del pobre, por el gemido del necesitado, ahora me levantaré, dice Jehová; le pondré a salvo del que hace alarde contra él.


Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os atacare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados delante de Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.


Pero acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás y se corrompían aun más que sus padres, siguiendo dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no desistían de sus obras, ni de su obstinado camino.


Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.


Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová; Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.


Y el Ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová es contigo, varón esforzado y valiente.


Y Jehová le dijo: Ciertamente yo seré contigo, y herirás a los madianitas como a un solo hombre.


Y Jefté pasó adonde estaban los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.


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