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Juan 8:37 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

37 Sé que sois simiente de Abraham, mas procuráis matarme, porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

37 Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 Claro que me doy cuenta de que son descendientes de Abraham. Aun así, algunos de ustedes procuran matarme porque no tienen lugar para mi mensaje en su corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abrahán, pero mi palabra no tiene acogida en ustedes, y por eso tratan de matarme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 Sé que sois descendencia de Abraham, pero procuráis matarme porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Ya sé que sois descendientes de Abrahán, pero pretendéis matarme, porque mi palabra no cala en vosotros.

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Juan 8:37
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.


ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; sino que: En Isaac te será llamada descendencia.


Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.


Entonces tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se encubrió, y salió del templo atravesando por en medio de ellos, y así pasó.


Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.


¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.


Así que, desde aquel día consultaban juntos para matarle.


¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros guarda la ley? ¿Por qué procuráis matarme?


Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.


Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo, como si no les oyera.


Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es Éste a quien buscan para matarle?


¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que sólo de Dios viene?


Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.


Le respondieron: Simiente de Abraham somos, y jamás fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?


y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.


Abraham vuestro padre se regocijó de ver mi día; y lo vio, y se gozó.


Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.


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