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Juan 10:36 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

36 ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Yo soy el Hijo de Dios?

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Biblia Reina Valera 1960

36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de todo, el Padre me separó y me envió al mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Y yo, que fui consagrado y enviado al mundo por el Padre, ¿estaría insultando a Dios al decir que soy el Hijo de Dios?

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Blasfemas, porque dije: Soy Hijo de Dios?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 ¿cómo decís vosotros, de aquel a quien el Padre ha consagrado y enviado al mundo: 'Tú blasfemas', porque he dicho: 'Soy Hijo de Dios?'.

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Juan 10:36
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Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.


Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, y te di por profeta a las naciones.


Pero estas se han escrito, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a Éste señaló Dios el Padre.


de quienes son los padres, y de los cuales vino Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por siempre. Amén.


y que fue declarado ser el Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,


Y Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!


Los judíos respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo el Hijo de Dios.


Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.


Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.


porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y en verdad han conocido que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.


Y nosotros creemos, y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.


Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así el que me come, él también vivirá por mí.


Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.


No puedo yo hacer nada de mí mismo; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre que me envió.


Porque el que Dios envió habla las palabras de Dios, pues Dios no le da el Espíritu por medida.


Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado el Hijo de Dios.


Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere, porque ha dicho: Yo soy el Hijo de Dios.


Se levantan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:


Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo la ley,


Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;


Jesús entonces les dijo: Si Dios fuese vuestro Padre, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que Él me envió.


Y el centurión y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente Éste era el Hijo de Dios.


He aquí, que yo lo di por testigo a los pueblos, por líder y jefe a las naciones.


No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; sacará el juicio a verdad.


He aquí mi siervo, a quien yo sostengo; mi escogido en quien mi alma tiene contentamiento. He puesto sobre Él mi Espíritu, Él traerá juicio a las naciones.


Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),


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