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Josué 11:21 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 También en el mismo tiempo vino Josué y destruyó a los anaceos de las montañas, de Hebrón, de Debir, y de Anab, y de todas las montañas de Judá, y de todas las montañas de Israel: Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades.

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Biblia Reina Valera 1960

21 También en aquel tiempo vino Josué y destruyó a los anaceos de los montes de Hebrón, de Debir, de Anab, de todos los montes de Judá y de todos los montes de Israel; Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Durante ese período, Josué destruyó a todos los descendientes de Anac, quienes vivían en la zona montañosa de Hebrón, Debir, Anab y en toda la región montañosa de Judá e Israel. Los mató a todos y destruyó sus ciudades por completo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 En ese tiempo, Josué se devolvió para exterminar a los anaquim de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, en una palabra de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los condenó al anatema junto con sus ciudades.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 En aquel tiempo Josué llegó y exterminó a los anaceos de la región montañosa de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la serranía de Judá, y de toda la serranía de Israel. Josué los destruyó completamente, junto con sus ciudades.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Por aquel tiempo se puso en campaña Josué y exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab y de todos los montes de Judá y de Israel. Los entregó al anatema, con sus ciudades.

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Josué 11:21
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?


¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros, las ciudades son grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.


Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado sobre él tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.


Y yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como las encinas; y destruí su fruto por arriba, y sus raíces por abajo.


Así dice Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en su riqueza.


Ciertamente en vano es esperar que la salvación venga de los collados, o de la multitud de las montañas: Ciertamente en Jehová nuestro Dios está la salvación de Israel.


Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él echó de allí a los tres hijos de Anac.


A todos estos reyes y sus tierras tomó Josué de una vez; porque Jehová Dios de Israel, peleaba por Israel.


pueblo grande, y numeroso, y alto, como los anaceos; a los cuales Jehová destruyó de delante de los amonitas, quienes les sucedieron, y habitaron en su lugar;


También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes; y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.


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