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Joel 3:17 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que habito en Sión, mi santo monte; entonces Jerusalén será santa, y extranjeros no pasarán más por ella.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y extraños no pasarán más por ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 «Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor su Dios, habito en Sion, mi monte santo. Jerusalén será santa para siempre, y los ejércitos extranjeros nunca más volverán a conquistarla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Entonces conoceréis que Yo soy YHVH vuestro Dios, Que habito en Sión, mi santo monte. Jerusalem será santa, y los extraños no pasarán más por ella.

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Joel 3:17
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Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro: y mi pueblo nunca más será avergonzado.


He aquí sobre las montañas los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más pasará por ti el malvado; pereció del todo.


Despierta, despierta, vístete tu fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.


Y no entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación o mentira; sino sólo aquellos que están escritos en el libro de la vida del Cordero.


Y acontecerá que el que quedare en Sión, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén están escritos entre los vivientes;


Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver su cautiverio: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo.


Y limpiaré su sangre que aún no he limpiado; porque Jehová mora en Sión.


Así dice Jehová: Yo he retornado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén: y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte Santo.


Y haré de la que cojea un remanente, y de la descarriada una nación poderosa; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora y para siempre.


Y plantará los tabernáculos de su palacio entre los mares en el monte glorioso del santuario; sin embargo, vendrá a su fin, y no habrá quien le ayude.


En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será, Jehová está allí.


Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre de la montaña, todo su término alrededor será santísimo. He aquí que esta es la ley de la casa.


Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que será para ellos; los errantes, aunque fueren torpes, no se extraviarán.


Regocíjate y canta, oh moradora de Sión: porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.


En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sión.


Cantad alabanzas a Jehová, que habita en Sión; proclamad entre los pueblos sus obras.


Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Entre las dos tardes comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.


No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.


Yo acercaré mi justicia, no estará lejos; y mi salvación no tardará. Y pondré salvación en Sión por Israel mi gloria.


yo los llevaré a mi santo monte, y haré que se regocijen en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada para todos los pueblos.


Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.


Porque en mi monte santo, en el alto monte de Israel, dice el Señor Jehová, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí requeriré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestras oblaciones, con todas vuestras cosas sagradas.


Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.


Así dice el Señor Jehová: Ningún hijo de extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel.


Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte: porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.


A los cuales solamente fue dada la tierra, y no pasó extraño por medio de ellos;


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