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Job 30:23 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Pues yo sé que me llevarás a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Porque yo sé que me conduces a la muerte, Y a la casa determinada a todo viviente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Y sé que me envías a la muerte, el destino de todos los que viven.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Bien sé que me conduces a la muerte, al lugar de reunión de todos los vivientes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Yo sé que me conduces a la muerte, A la casa destinada para todos los vivientes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Ya sé que me llevas a la muerte, al lugar de cita de todos los vivientes.

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Job 30:23
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio;


Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.


No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no se da de baja en tal guerra, ni la impiedad librará al que se entregue a ella.


Los terrones del valle le serán dulces; y tras de él será llevado todo hombre, y antes de él han ido innumerables.


Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste límites, los cuales no pasará.


Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío Él los destruye.


Allí están el chico y el grande; y el siervo es libre de su señor.


Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas en la tierra, que no pueden volver a recogerse; y Dios no hace acepción de personas, sino que provee los medios para que su desterrado no quede alejado de Él.


Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.


Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y luego te vuelves y me destruyes?


Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no se ha perdido ni una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han venido, no ha faltado ninguna de ellas.


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