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Job 2:10 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, Job contestó: «Hablas como una mujer necia. ¿Aceptaremos solo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y nunca lo malo?». A pesar de todo, Job no dijo nada incorrecto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pero él le dijo: 'Hablas como una tonta cualquiera. Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿por qué no aceptaremos también lo malo?' En todo esto no pecó Job con sus palabras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero él le respondió: Como suelen hablar las insensatas has hablado tú. Si recibimos de ’Elohim el bien, ¿no hemos de aceptar también el mal? En todo esto no pecó Job con sus labios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pero él respondió: 'Hablas como una necia. Si aceptamos la dicha que Dios nos envía, ¿por qué no aceptar la desgracia?'. En nada de esto pecó Job con sus labios.

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Job 2:10
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando hubiere sido probado, recibirá la corona de vida, que el Señor ha prometido a los que le aman.


Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración.


Entonces Él, volviéndose, dijo a Pedro: Quítate de delante de mí Satanás; me eres tropiezo; porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.


Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que mi Padre me ha dado, ¿no la he de beber?


Y después que David hubo contado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.


Al Músico principal, a Jedutún: Salmo de David Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí.


Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.


Porque, ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego, pues, ahora que hables al rey, que no me negará a ti.


Y dijo a Adán: Por cuanto obedeciste a la voz de tu esposa, y comiste del árbol de que te mandé, diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;


Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrarse poderoso a los que tienen corazón perfecto para con Él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá guerras contra ti.


Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco eran insensatas.


por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; sean presos por su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.


Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados a tu mesa. ¿Qué derecho, pues, tengo aún para clamar más al rey?


David entonces dijo: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia, para que hoy me seáis adversarios? ¿Ha de morir hoy alguno en Israel? ¿No conozco yo que hoy soy rey sobre Israel?


La mujer insensata es alborotadora; es simple e ignorante.


Dejad la necedad, y vivid; y andad por el camino del entendimiento.


¿No has hecho tú una cerca alrededor de él, y de su casa y de todo lo que tiene en derredor? El trabajo de sus manos has bendecido, y su hacienda ha crecido sobre la tierra.


Y Samuel se lo manifestó todo, sin ocultarle nada. Entonces él dijo: Él es Jehová; que haga lo que bien le parezca.


Entonces su esposa le dijo: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios y muérete.


Enmudecí, no abrí mi boca; porque tú lo hiciste.


Gózate en el día de prosperidad; pero en el día de adversidad considera. Dios también hizo esto delante de lo otro, para que el hombre no descubra nada después de él.


Quita de sobre mí tu plaga; Bajo los golpes de tu mano estoy consumido.


¿Quién será aquel que diga, que vino algo que el Señor no mandó?


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