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Job 1:3 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados; y este varón era el más grande de todos los hombres del oriente.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras; también tenía muchos sirvientes. En realidad, era la persona más rica de toda aquella región.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Tenía muchos servidores y poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras. Este hombre era el más famoso entre todos los hijos de oriente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una muy numerosa servidumbre, de modo que este hombre era el más grande de todos los orientales.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Su hacienda se componía de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas. Contaba, además, con una numerosa servidumbre. Era el más rico entre todos los hijos de Oriente.

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Job 1:3
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Escogía yo el camino de ellos, y me sentaba como jefe; y habitaba como rey en el ejército, como el que consuela a los que lloran.


Y Jehová bendijo la postrimería de Job más que su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.


Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas, y los amalecitas, y aun los hijos de los orientales subían contra ellos;


Y la sabiduría de Salomón sobrepasaba a la de todos los orientales, y a toda la sabiduría de Egipto.


Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, rey de Moab, de las montañas del oriente, diciendo: Ven, maldíceme a Jacob; y ven, condena a Israel.


La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.


E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos.


Y tomó Abram a Sarai, su esposa, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado, y las almas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron.


Y siguió Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales.


Y la tierra no podía darles para que habitasen juntos: porque sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar.


Se hizo también de ciudades y de rebaños de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque Dios le había dado muchas posesiones.


También edificó torres en el desierto, y abrió muchas cisternas; porque tuvo mucho ganado, así en los valles como en las vegas; y viñas, y labranzas, así en las montañas como en el Carmelo; porque amaba la agricultura.


Entonces Mesa rey de Moab era propietario de ganados, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos, cien mil carneros, más la lana.


Y había un hombre en Maón que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y esquilaba sus ovejas en el Carmelo.


Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas, que no había número en ellos ni en sus camellos: así venían a la tierra para devastarla.


Sus ganados, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.


Y a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, cuando aún él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.


Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.


Y Madián, y Amalec, y todos los orientales, estaban tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud.


Y hería David el país, y no dejaba con vida hombre ni mujer: y se llevaba las ovejas y las vacas y los asnos y los camellos y las ropas; y venía y regresaba a Aquís.


E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.


¿No has hecho tú una cerca alrededor de él, y de su casa y de todo lo que tiene en derredor? El trabajo de sus manos has bendecido, y su hacienda ha crecido sobre la tierra.


Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, y qué de la tienda de las moradas de los impíos?


si me alegré de que mi riqueza era grande, y de que mi mano había adquirido mucho;


Yo le contaría el número de mis pasos; como príncipe me acercaría a Él.


Y Jehová mudó la aflicción de Job, cuando él oró por sus amigos. Y Jehová aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.


En cuanto a Cedar y en cuanto a los reinos de Hazor, los cuales herirá Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice Jehová: Levantaos, subid contra Cedar, y saquead a los hombres del oriente.


y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido: y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.


Doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,


Y Manahem exigió este dinero de Israel, aun de todos los hombres ricos y poderosos: de cada uno cincuenta siclos de plata, para dar al rey de Asiria. Y el rey de Asiria se volvió, y no se detuvo allí en la tierra.


Y de los camellos, Obil ismaelita; y de las asnas, Jehedías meronotita;


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