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Jeremías 9:10 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Por las montañas levantaré lloro y lamentación, y llanto por los pastos del desierto; porque desolados fueron hasta no quedar quien pase, ni oyeron bramido de ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, y se fueron.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Por los montes levantaré lloro y lamentación, y llanto por los pastizales del desierto; porque fueron desolados hasta no quedar quien pase, ni oírse bramido de ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, y se fueron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Lloraré por las montañas y gemiré por los pastos del desierto; pues están desolados y no tienen vida. Ya no se escucha el mugido del ganado; todas las aves y los animales salvajes han huido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Voy a hacer de Jerusalén un montón de piedras, una guarida de chacales, y de las ciudades de Judá, un desierto donde nadie viva.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Por los montes alzaré mi lloro y mi lamento, Y una endecha por los pastos del desierto, Porque están quemados y no hay quien pase, Ni se oye el bramido de ganado; Desde las aves de los cielos hasta las bestias, Todo ha huido, todo se ha ido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Haré de Jerusalén una escombrera, una guarida de chacales; de las ciudades de Judá haré un desierto sin habitantes.

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Jeremías 9:10
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Hasta cuándo estará de luto la tierra, y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los ganados y las aves; porque dijeron: Él no verá nuestro fin.


Por lo cual, se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo: y aun los peces del mar fallecerán.


Y pondré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su fortaleza; y los montes de Israel serán asolados, que no habrá quien pase.


No pasará por ella pie de hombre, ni pie de bestia pasará por ella; ni será habitada por cuarenta años.


Y si hiciere pasar malas bestias por la tierra, y la asolaren, y fuere desolada que no haya quien pase a causa de las bestias,


Muchos pastores han destruido mi viña, hollaron mi heredad, han convertido mi preciosa heredad en un desierto desolado.


Corta tu cabello, oh Jerusalén, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha desechado y abandonado a la generación objeto de su ira.


Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.


Por esta causa yo lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas; porque el consolador que debiera reanimar mi alma se alejó de mí; mis hijos están desolados, porque el enemigo prevaleció.


Porque la tierra está llena de adúlteros; por causa de la maldición la tierra está de luto; los pastizales del desierto se han secado; la carrera de ellos es mala, y su fortaleza no es recta.


Y los asnos monteses se ponían en los altos, aspiraban el viento como los dragones; sus ojos desfallecían, porque no había hierba.


A causa de mi fuerte dolor mi corazón desfallece en mí.


Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y barrancosa, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?


Porque tus asolamientos y tus ruinas, y tu tierra desierta, ahora será muy angosta por causa de los moradores; y tus devoradores estarán muy lejos.


He aquí que yo te he puesto por trillo nuevo, afilado y con dientes; trillarás las montañas y las molerás, y los collados convertirás en tamo.


Porque una nación del norte subirá contra ella, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; tanto hombres como animales se irán.


Tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro.


Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.


A ti, oh Jehová, clamaré: porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.


Oíd esta palabra que yo levanto por lamentación sobre vosotros, oh casa de Israel.


Por tanto, así dice Jehová, el Dios de los ejércitos, el Señor: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay! Y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que saben endechar.


En aquel tiempo se levantará sobre vosotros una parábola, y se endechará una amarga lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; Él ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio y los repartió a otros.


Los cachorros de los leones rugieron sobre él, alzaron su voz; y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.


Fue puesta en asolamiento, y lloró sobre mí desolada; fue asolada toda la tierra, porque no hubo hombre que lo pusiese en su corazón.


Por la montaña de Sión que está asolada; zorras andan por ella.


En todo lugar donde habitéis las ciudades serán desiertas, y los lugares altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan desiertos vuestros altares; y quebrados serán vuestros ídolos, y cesarán; y vuestras imágenes del sol serán destruidas, y vuestras obras serán desechas.


Por tanto, a causa de vosotros Sión será arada como un campo, y Jerusalén vendrá a ser un montón de ruinas, y el monte de la casa como los lugares altos del bosque.


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