Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 6:19 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Oye, tierra. He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no han atendido a mis palabras, y han desechado mi ley.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

19 Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

19 ¡Escuchen, habitantes de toda la tierra! Traeré desastre sobre mi pueblo. Es el fruto de sus propias intrigas, porque se niegan a escucharme; han rechazado mi palabra.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Escucha, tierra, mira el castigo que voy a dar a este pueblo como fruto de su rebelión, pues no quisieron hacerme caso cuando les hablaba, y despreciaron mi Ley.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Oye, oh tierra! He aquí traigo el mal sobre este pueblo, El fruto de sus pensamientos, Porque no escucharon mis palabras, Y desecharon mi Ley.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Escucha, tierra: Mirad que estoy trayendo una desgracia sobre este pueblo, fruto de sus proyectos, porque no escucharon mis palabras y despreciaron mi ley.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 6:19
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.


Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón.


Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.


Los sabios están avergonzados, están abatidos y atrapados; he aquí, han desechado la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría hay en ellos?


El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, esta le juzgará en el día final.


Oíd, montañas, y fuertes fundamentos de la tierra, la controversia de Jehová: porque Jehová tiene controversia con su pueblo, y altercará con Israel.


Habéis arado impiedad, segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira; porque confiaste en tu camino, en la multitud de tus hombres valientes.


Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Porque tú desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


¡Tierra, tierra, tierra! Escucha la palabra de Jehová.


¿A quiénes hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.


Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, yo traeré sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.


Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.


Sus pies corren al mal, y se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos, son pensamientos de iniquidad; desolación y destrucción hay en sus caminos.


El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.


Abominación a Jehová son los pensamientos del malo; mas las palabras de los puros son agradables.


Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.


Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y como iniquidad e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, Él también te ha desechado para que no seas rey.


Escuchad, oh cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca.


Al cielo y a la tierra llamo hoy como testigos contra vosotros, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu simiente;


yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que presto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos días sin que seáis totalmente destruidos.


Circuncidaos para Jehová, y quitad los prepucios de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.


Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permanecerán en medio de ti los pensamientos vanos?


Por tanto oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que hay entre ellos.


Por tanto, así dice Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán escapar; y clamarán a mí, y no los oiré.


Tú me dejaste, dice Jehová, te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme.


Y di: Oíd la palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que quien lo oyere, le retiñirán los oídos.


Porque no oyeron mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis siervos los profetas, madrugando en enviarlos; y no habéis escuchado, dice Jehová.


Y haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré tras ellos la espada hasta consumirlos.


Así dice Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque despreciaron la ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas; y los hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres.


Oíd, pueblos todos: escucha oh tierra, y todo lo que hay en ti: y que el Señor Jehová sea testigo contra vosotros desde su santo templo.


Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.


Decid a las naciones; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz contra las ciudades de Judá.


¿Por qué entonces este pueblo de Jerusalén retrocede con rebeldía perpetua? Se aferran al engaño, rehúsan volver.


Pero yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que está alrededor de ella.


Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oír tu voz: por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra Él pecamos.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម