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Jeremías 5:7 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 ¿Cómo he de perdonarte por esto? Tus hijos me dejaron, y juraron por los que no son dioses. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.

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Biblia Reina Valera 1960

7 ¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 «¿Cómo puedo perdonarte? Pues aun tus hijos se han alejado de mí. ¡Ellos juraron por dioses que no son dioses en absoluto! Alimenté a mi pueblo hasta que estuvo satisfecho; pero su manera de darme las gracias fue cometer adulterio y hacer fila en los prostíbulos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 ¿Cómo te voy a perdonar? Tus hijos me han abandonado tomando por Dios a los que no lo son. Cuando cuidaba que nada les faltara, ellos se entregaron al adulterio. Juntos acudían a la casa de las prostitutas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ¿Cómo podré perdonarte esto? Tus hijos me han abandonado, Y juran por lo que no es Dios. Los sacié, y cometen adulterio acudiendo en tropel a casa de la ramera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 ¿Por qué tendría que perdonarte? Tus hijos me abandonaron y juraron por los que no son dioses. Cuando los saciaba, ellos cometían adulterio y a la casa de las prostitutas iban en tropel.

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Jeremías 5:7
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mas entonces, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses.


¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.


para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, no hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos:


Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; me provocaron a ira con sus vanidades: Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, los provocaré a ira con una nación insensata.


y a los que sobre las terrazas adoran al ejército del cielo; y a los que adoran jurando por Jehová y jurando por Milcom;


Y en cuanto a comer de aquello que es sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.


Porque la tierra está llena de adúlteros; por causa de la maldición la tierra está de luto; los pastizales del desierto se han secado; la carrera de ellos es mala, y su fortaleza no es recta.


Pero engordó Jesurún, y dio coces; engordaste, te cubriste de grasa. Entonces dejó al Dios que lo hizo, y menospreció a la Roca de su salvación.


Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.


Y será que, si cuidadosamente aprendieren los caminos de mi pueblo, para jurar en mi nombre, diciendo: Vive Jehová, así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal; ellos serán prosperados en medio de mi pueblo.


¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,


Y vendré a vosotros a juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y contra los que privan de su derecho al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.


Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Vive tu dios, oh Dan; y: Vive el camino de Beerseba, caerán, y nunca más se levantarán.


En sus pastos se saciaron, se llenaron, y se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.


¿Cómo he de dejarte, oh Efraín? ¿He de entregarte yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.


Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido por el hornero, el cual cesará de avivar después que esté hecha la masa, hasta que esté leuda.


Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y derramamiento de sangre tras derramamiento de sangre.


Uno ha cometido abominación con la esposa de su prójimo; y otro ha mancillado lascivamente a su nuera; y otro en ti ha humillado a su hermana, la hija de su padre.


He visto tus adulterios y tus relinchos, la lascivia de tu prostitución y tus abominaciones en los collados, en los campos. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Hasta cuándo será?


¡Oh quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, una asamblea de hombres traicioneros.


Mas yo dije: ¿Cómo he de ponerte entre los hijos, y darte la tierra deseable, la rica heredad de los ejércitos de las naciones? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.


¡Oh generación, atended a la palabra de Jehová! ¿He sido yo un desierto a Israel, o una tierra de oscuridad? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; no vendremos más a ti?


Cuando veías al ladrón, tú consentías con él; y con los adúlteros era tu parte.


El hombre que cometiere adulterio con la esposa de otro hombre, el que cometiere adulterio con la esposa de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente han de ser muertos.


Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.


¿No echasteis vosotros a los sacerdotes de Jehová, a los hijos de Aarón, y a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras, para que cualquiera venga a consagrarse con un becerro y siete carneros, y así sea sacerdote de los que no son dioses?


¿Seguiréis hurtando, matando, adulterando, jurando falsamente, y quemando incienso a Baal, y andando tras dioses ajenos que no conocisteis?


Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron y los adoraron, y me dejaron a mí, y no guardaron mi ley;


¿Ha de hacer el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses.


Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.


Porque es fuego que devoraría hasta la destrucción, y desarraigaría toda mi hacienda.


Y yo vi cuando por causa de todo esto, cometió adulterio la infiel Israel, yo la había despedido dándole carta de divorcio; y aún así no tuvo temor su hermana, la rebelde Judá, sino que también ella fue y se prostituyó.


¡Oh si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!


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