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Jeremías 5:6 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Por tanto, el león de la selva los herirá, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará sobre sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será despedazado; porque sus transgresiones son muchas, se han aumentado sus deslealtades.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Por tanto, el león de la selva los matará, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere será arrebatado; porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus deslealtades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Entonces ahora un león de la selva los atacará; un lobo del desierto se les echará encima. Un leopardo acechará cerca de sus ciudades, y hará trizas a quien se atreva a salir. Pues grande es la rebelión de ellos, y muchos son sus pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Por esto, el león de la selva los ataca, el lobo de las estepas los destroza y la pantera está acechando a la puerta de sus ciudades, lista para despedazar al que salga, porque son muchos sus pecados y numerosas sus rebeldías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Por tanto el león del bosque los mata, El lobo del desierto los destruye; El leopardo acecha en torno a sus ciudades, Cualquiera que salga de ellas será despedazado, Porque sus transgresiones son muchas, Y son agravadas sus reincidencias.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Por eso los va a herir el león de la selva, el lobo de la estepa los devorará. El leopardo acecha junto a sus ciudades, todo el que salga de ellas será despedazado, porque muchas son sus transgresiones, sus apostasías son muy graves.

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Jeremías 5:6
38 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.


Y sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos; y sus jinetes se multiplicarán: vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águila que se apresura a la comida.


El león sube de su guarida, y el destructor de los gentiles viene en camino; ha salido de su lugar para tornar tu tierra en desolación; tus ciudades quedarán en ruinas, y sin morador.


Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancia deshonesta.


Y la bestia que vi, era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.


Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y andaré; tomaré, y no habrá quien liberte.


Después de esto yo miraba, y he aquí otra, semejante a un leopardo, y tenía cuatro alas de ave en sus espaldas: tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio.


La primera era como un león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas y fue quitada de la tierra; y se paró sobre los pies como un hombre, y le fue dado corazón de hombre.


Aun multiplicó sus prostituciones trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales se había prostituido en la tierra de Egipto.


En toda cabecera de camino edificaste tu altar, e hiciste abominable tu hermosura, y abriste tus piernas a cuantos pasaban, y multiplicaste tus prostituciones.


Sus enemigos han sido hechos cabeza, sus enemigos fueron prosperados; porque Jehová la afligió por la multitud de sus rebeliones; sus niños fueron en cautividad delante del enemigo.


He aquí que como león subirá de la hinchazón del Jordán a la habitación de los fuertes; pero de repente lo haré huir de ella; ¿y quién es el hombre escogido que yo pueda nombrar sobre ella? Porque, ¿quién es semejante a mí, y quién me emplazará? ¿Y quién será aquel pastor que me podrá resistir?


No se volverá la ira del enojo de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.


Todos tus amantes te olvidaron; no te buscan; porque con herida de enemigo te herí, con azote de cruel, a causa de la muchedumbre de tu maldad, y de la multitud de tus pecados.


Ha dejado como el león su guarida; porque su tierra está desolada por la ira del opresor, y por el furor de su ira.


Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, obra por amor a tu nombre; porque muchas son nuestras rebeliones, contra ti hemos pecado.


Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.


¿No te acarreaste esto tú mismo, al haber dejado a Jehová tu Dios, cuando Él te guiaba por el camino?


Los cachorros de los leones rugieron sobre él, alzaron su voz; y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.


Porque nuestras transgresiones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados;


Pones las tinieblas, y es la noche: En ella corretean todas las bestias de la selva.


Y se levantó Esdras el sacerdote, y les dijo: Vosotros habéis prevaricado, por cuanto tomasteis esposas extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel.


y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.


Y he aquí vosotros habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra Israel.


La estropea el puerco montés, y la devora la bestia del campo.


¿Por qué entonces este pueblo de Jerusalén retrocede con rebeldía perpetua? Se aferran al engaño, rehúsan volver.


¿Por qué gritas a causa de tu aflicción? Incurable es tu dolor. Por la grandeza de tu iniquidad, y por tus muchos pecados te he hecho esto.


Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual Él había santificado en Jerusalén.


Si levanto mi cabeza, cual león feroz tú me cazas, y luego vuelves a mostrarte maravilloso sobre mí.


Tus príncipes, son rebeldes y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.


¡Oh generación, atended a la palabra de Jehová! ¿He sido yo un desierto a Israel, o una tierra de oscuridad? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; no vendremos más a ti?


Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.


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