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Jeremías 44:4 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, diciendo: No hagáis ahora esta cosa abominable que yo aborrezco.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: No hagáis esta cosa abominable que yo aborrezco.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »Una y otra vez envié a mis siervos, los profetas, para rogarles: “No hagan estas cosas horribles que tanto detesto”,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Yo les he estado mandando a ustedes sin parar, a todos mis sirvientes los profetas, con este mensaje: 'No hagan esas cosas horribles que yo detesto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Yo os envié a todos mis siervos los profetas, madrugando y sin cesar, para deciros: ¡Oh, no hagáis esta cosa abominable que Yo aborrezco!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Os envié a su tiempo y sin cesar a todos mis siervos, los profetas, diciendo: 'No hagáis esas cosas abominables que detesto'.

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Jeremías 44:4
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para atender a las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando en enviarlos, a los cuales no habéis oído;


desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, madrugando cada día y enviándolos:


Y ahora, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y bien que os hablé, madrugando para hablar, pero no oísteis, y os llamé, pero no respondisteis;


¿No oiréis las palabras que proclamó Jehová por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba habitada y en prosperidad, con las ciudades en su alrededor, y el Neguev y la llanura estaban habitados?


Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos.


Así que entré y miré, y he aquí toda especie de reptiles, y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en el muro alrededor.


Porque no oyeron mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis siervos los profetas, madrugando en enviarlos; y no habéis escuchado, dice Jehová.


Y primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque han contaminado mi tierra, han llenado mi heredad con los cadáveres de sus cosas detestables y abominables.


Y Jehová, el Dios de sus padres, envió a ellos por medio de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación.


Baste ya el tiempo pasado de nuestra vida para haber hecho la voluntad de los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, desenfrenos, banquetes y abominables idolatrías.


Así dice el Señor Jehová: Por cuanto fue descubierta tu suciedad, y tu desnudez ha sido manifestada a tus amantes con tus prostituciones, y a todos los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste;


Por tanto, así dice Jehová Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, yo traeré sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado: porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido.


Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y aunque los enseñaba, madrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección.


Antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es invocado mi nombre, contaminándola.


Y edificaron altares a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas a Moloc, lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.


Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos a decir: Volveos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres: mas no inclinasteis vuestro oído, ni me obedecisteis.


No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.


Los soportaste muchos años, y les amonestaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.


Y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, y nuestros padres, no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios, con que les amonestabas.


¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?


Los hijos recogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para derramar libaciones a otros dioses y provocarme a ira.


Echad de vosotros todas vuestras iniquidades con que habéis prevaricado, y haceos corazón nuevo y espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, oh casa de Israel?


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