Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 37:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Y cuando llegó a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán de la guardia que se llamaba Irías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

13 Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú te pasas a los caldeos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Sin embargo, cuando atravesaba la puerta de Benjamín un guardia lo arrestó y le dijo: —¡Estás desertando para unirte a los babilonios! El guardia que lo arrestó era Irías, hijo de Selemías y nieto de Hananías.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pero al pasar la puerta de la ciudad que lleva a Benjamín, el vigilante Jerías, hijo de Selemías, detuvo al profeta diciendo: 'Tú te pasas a los caldeos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

13 Pero cuando llegó a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán llamado Irías ben Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: ¡Te pasas a los caldeos!

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Al llegar a la puerta de Benjamín, se encontró allí con un jefe de la guardia, llamado Yirías, hijo de Selemías, hijo de Jananías, que prendió al profeta Jeremías, exclamando: '¡Conque te pasas a los caldeos!'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 37:13
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén: y esta será enaltecida, y será habitada en su mismo lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Ángulo; y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.


Y cuando Ebedmelec, el etíope, uno de los eunucos que estaba en casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la mazmorra, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín,


ni pueden probar las cosas de que ahora me acusan.


Entonces sobornaron a unos hombres que dijeron: Le hemos oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.


Y comenzaron a acusarle, diciendo: Hemos hallado que Éste pervierte la nación; y que prohíbe dar tributo a César, diciendo que Él mismo es Cristo, un Rey.


Entonces Sefatías, hijo de Matán, y Gedalías, hijo de Pasur, y Jucal, hijo de Selemías, y Pasur, hijo de Malquías, oyeron las palabras que Jeremías había hablado a todo el pueblo, diciendo:


El que se quedare en esta ciudad, morirá a espada, o de hambre, o pestilencia: mas el que saliere y se pasare a los caldeos que os tienen cercados, vivirá, y su vida le será por despojo.


Porque oí la difamación de muchos, temor de todas partes: Denunciad, y denunciaremos. Todos mis amigos miraban si yo claudicaría. Quizá será persuadido, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.


Y dijeron: Venid, y tramemos maquinaciones contra Jeremías; porque la ley no faltará del sacerdote, ni consejo del sabio, ni palabra del profeta. Venid e hirámoslo con la lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.


por honra y por deshonra, por mala fama, y por buena fama; como engañadores, pero veraces;


Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: Amós ha conspirado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras.


Y los príncipes dijeron al rey: Te pedimos que se dé muerte a este hombre; porque de esta manera debilita las manos de los hombres de guerra que quedan en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, al hablarles tales palabras; porque este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal.


descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados: Elisama el escriba, Delaías, hijo de Semaías, Elnatán, hijo de Acbor, Gemarías, hijo de Safán, Sedequías, hijo de Ananías y todos los príncipes.


Porque así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le servirán; y aun también le he dado las bestias del campo.


Y ahora yo he dado todas estas tierras en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan.


Pasur azotó entonces al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba a la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová.


Cazaron nuestros pasos para que no anduviésemos por nuestras calles; se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días, porque llegó nuestro fin.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម