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Jeremías 31:34 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová: porque perdonaré su iniquidad, y no me acordaré más de su pecado.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes diciendo: “Deberías conocer al Señor”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande —dice el Señor—. Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Ya no tendrán que enseñarle a su compañero, o a su hermano, diciéndoles: 'Conozcan a Yavé. Pues me conocerán todos, del más grande al más chico, dice Yavé; yo entonces habré perdonado su culpa, y no me acordaré más de su pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Y no enseñará más cada cual a su prójimo, y cada cual a su hermano, diciendo: ¡Conoce a YHVH!, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice YHVH. Porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de sus pecados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 No tendrá ya que enseñarse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: 'Conoced a Yahveh', porque todos ellos me conocerán, desde el más pequeño al más grande -oráculo de Yahveh-, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado'.

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Jeremías 31:34
42 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo; y no me acordaré de tus pecados.


Porque seré propicio a sus injusticias, y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más.


Pero la unción que vosotros habéis recibido de Él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que alguien os enseñe; sino que como la unción misma os enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, y así como os ha enseñado, vosotros permaneceréis en Él.


Y todos tus hijos serán enseñados de Jehová; y multiplicará la paz de tus hijos.


Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todas sus iniquidades con que contra mí pecaron, y con las que contra mí se rebelaron.


En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado.


Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó y aprendió del Padre, viene a mí.


Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.


Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.


¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la transgresión del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se complace en la misericordia.


Y les daré corazón para que me conozcan, porque yo soy Jehová: y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.


Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.


De Éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en Él creyeren recibirán remisión de pecados por su nombre.


Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.


Yo deshice como a una nube tus rebeliones, y como a niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.


Porque debiendo ser ya maestros, por causa del tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.


Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba; porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;


en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia,


Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.


No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.


Y al que vosotros perdonéis algo, yo también lo perdono; porque si algo he perdonado, a quien lo he perdonado, por vosotros lo he hecho en la persona de Cristo;


Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar.


No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.


Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que Jehová haya vendado la quebradura de su pueblo, y curado la llaga de su herida.


Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto, y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña todos los corazones, y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú lo buscas, lo hallarás; mas si lo dejas, Él te desechará para siempre.


Mas los hijos de Elí eran hijos de Belial, y no conocían a Jehová.


He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.


para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para remisión de sus pecados,


Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor.


He aquí amargura grande me sobrevino en la paz; pero por amor a mi alma tú la libraste del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.


Y haré con ellos un pacto eterno, que no me apartaré de ellos para hacerles bien, y pondré mi temor en sus corazones para que no se aparten de mí.


Y te desposaré conmigo en fe, y conocerás a Jehová.


De los pecados de mi juventud, y de mis transgresiones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová.


Y los descarriados de espíritu vendrán a entendimiento, y los murmuradores aprenderán doctrina.


La sabiduría y el conocimiento serán la estabilidad de tus tiempos y el poder de la salvación; El temor de Jehová será su tesoro.


Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí, Yo soy.


Así dice Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en su riqueza.


Él volverá, Él tendrá misericordia de nosotros; Él sujetará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.


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