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Jeremías 2:13 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, para cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí —la fuente de agua viva— y ha cavado para sí cisternas rotas ¡que jamás pueden retener el agua!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 doble falta ha cometido mi pueblo: me ha abandonado a mí, que soy manantial de aguas vivas, y se han cavado pozos, pozos agrietados que no retendrán el agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, Y cavaron para sí cisternas, Cisternas rotas que no retienen el agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 pues dos males hizo mi pueblo: me abandonaron a mí, fuente de aguas vivas, y se excavaron cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.

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Jeremías 2:13
49 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.


En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó su voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.


¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que de mí se apartan serán escritos en el polvo; porque dejaron la fuente de aguas vivas, a Jehová.


Y me dijo: Hecho es. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.


Porque contigo está la fuente de la vida: En tu luz veremos la luz.


Y me mostró un río puro de agua de vida, claro como el cristal, que provenía del trono de Dios y del Cordero.


¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no satisface? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.


Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.


Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, son hijos ignorantes y sin entendimiento; son sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no lo saben.


¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.


Estos son fuentes sin agua y nubes empujadas por la tempestad; para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre.


¿No te acarreaste esto tú mismo, al haber dejado a Jehová tu Dios, cuando Él te guiaba por el camino?


Y a causa de toda su maldad, pronunciaré mis juicios contra ellos, quienes me dejaron, y quemaron incienso a dioses extraños, y adoraron la obra de sus propias manos.


Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, conocimiento y gozo; pero al pecador le da el trabajo de acumular y amontonar para que lo dé al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


Tú me dejaste, dice Jehová, te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme.


Porque dijo: Ciertamente ellos son mi pueblo, hijos que no mienten; y fue su Salvador.


Por eso mi pueblo es llevado cautivo, porque no tiene conocimiento; y sus nobles perecen de hambre, y su multitud se seca de sed.


El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.


Miré luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.


Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.


Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Pecamos, porque hemos dejado a Jehová, y hemos servido a los Baales y a Astarot; líbranos, pues, ahora de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.


los profetas profetizan mentira, y los sacerdotes gobiernan por su propia mano; y mi pueblo así lo quiere. ¿Qué, pues, haréis al final de esto?


También he visto que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


Como se avergüenza el ladrón cuando es sorprendido, así se avergonzará la casa de Israel; ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas,


¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También esto es vanidad y mal grande.


He visto todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo es vanidad y aflicción de espíritu.


Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más.


Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he fatigado? Responde contra mí.


El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; tras las vestiduras quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como los que vuelven de la guerra.


¿Dejará el hombre la nieve del Líbano que viene de la roca del campo? ¿Podrán ser abandonadas las aguas frías que vienen de lejanas tierras?


Porque fueron hallados en mi pueblo hombres impíos; acechan como quien pone lazos; ponen trampa para cazar hombres.


Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.


Respondió Jesús y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías a Él, y Él te daría agua viva.


La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?


Y Jehová dijo a Moisés: He aquí tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y se prostituirá tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ellos; y me dejará, y quebrantará mi pacto que he concertado con él.


Con gozo sacaréis aguas de las fuentes de la salvación.


Y sus nobles enviaron a sus criados por agua; vinieron a las lagunas y no hallaron agua; se volvieron con sus vasos vacíos; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas.


Porque me dejaron, e hicieron extraño este lugar, y ofrecieron en él perfumes a dioses ajenos, los cuales ellos no habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.


Después me hizo volver a la entrada de la casa; y he aquí, aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente: y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar.


En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la inmundicia.


Por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos, provocándome a ira en toda obra de sus manos; y mi furor se ha encendido contra este lugar, y no se apagará.


¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.


para tomar a la casa de Israel en su corazón, que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos.


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