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Jeremías 14:2 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Se enlutó Judá, y sus puertas languidecen; se oscurecieron hasta los suelos, y subió el clamor de Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; se sentaron tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «Judá desfallece; el comercio a las puertas de la ciudad se estanca. Todo el pueblo se sienta en el suelo porque está de luto, y surge un gran clamor de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Judá está de duelo, y sus ciudades van a la ruina; están en el suelo, y de Jerusalén suben lamentos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Judá está cubierto de luto, Sus portales° languidecen, Se inclinan consternados hacia el suelo, Y sube el clamor de Jerusalem!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 De luto está Judá, y languidecen sus puertas; yacen en tierra desoladas, y el grito de Jerusalén asciende.

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Jeremías 14:2
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Sus puertas lamentarán y se enlutarán, y ella, desolada, se sentará en tierra.


Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto se ha apoderado de mí.


Y los que no morían, eran heridos de hemorroides; y el clamor de la ciudad subía al cielo.


Y aconteció que como Él clamó, y no escucharon, así ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos;


Por tanto, así dice Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán escapar; y clamarán a mí, y no los oiré.


Delante de Él temerán los pueblos, se pondrán mustios todos los semblantes.


El campo fue desolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, languideció el aceite.


Por lo cual, se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo: y aun los peces del mar fallecerán.


Nuestra piel se ennegreció como un horno a causa del ardor del hambre.


Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebró sus cerrojos: Su rey y sus príncipes están entre los gentiles donde no hay ley; sus profetas tampoco hallaron visión de Jehová.


Que se oiga el clamor desde sus casas, cuando traigas sobre ellos ejército de repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos.


¿Hasta cuándo estará de luto la tierra, y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los ganados y las aves; porque dijeron: Él no verá nuestro fin.


Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo determiné, y no me arrepentiré, ni me retraeré de ello.


Se enlutó, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón es como un desierto; y Basán y el Carmelo pierden sus frutos.


Se enlutó el vino nuevo, languideció la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.


Se enlutó, se marchitó la tierra; el mundo languidece y se marchita; languidecen los grandes de los pueblos de la tierra.


Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.


Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá su planta deliciosa. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.


haciendo venir delante de Él el clamor del pobre, y que oiga el clamor de los afligidos.


Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás para que sea capitán sobre mi pueblo Israel, y él salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; pues yo he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí.


Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó Dios de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.


Que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni grito de alarma en nuestras calles.


Hay clamor por vino en las calles; todo gozo se apagó, se desterró la alegría de la tierra.


Fue puesta en asolamiento, y lloró sobre mí desolada; fue asolada toda la tierra, porque no hubo hombre que lo pusiese en su corazón.


Las naciones oyeron de tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra; porque el valiente se encontró con el valiente, y cayeron ambos juntos.


Jehová determinó destruir el muro de la hija de Sión; Extendió el cordel, no retrajo su mano de destruir: Hizo, pues, que se lamentara el antemuro y el muro; languidecen juntos.


Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra produce; y sobre los hombres, y sobre el ganado y sobre todo trabajo de manos.


Confundíos, oh labradores, aullad, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo.


Pregonad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.


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