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Isaías 9:17 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son hipócritas y malhechores, y toda boca habla necedades. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Por eso el Señor no se complace en los jóvenes, ni tiene misericordia siquiera de las viudas y los huérfanos. Pues todos son unos hipócritas perversos, y todos ellos hablan necedades. Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del Señor. Su puño sigue preparado para dar el golpe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Pues su maldad arde como fuego, devora zarzas y espinas, y después quema la espesura del bosque, y todos ellos se disipan como se disipa el humo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Por tanto, Adonay no se compadecerá de sus jóvenes, Ni tendrá compasión de sus huérfanos y de sus viudas; Porque todos son impíos y malvados, Y toda boca habla infamias.° Y con todo, no se aplaca su ira: Su mano sigue extendida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.

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Isaías 9:17
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Por tanto, entrega sus hijos al hambre, y haz derramar su sangre por medio de la espada; y sus esposas queden sin hijos y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la guerra.


Lo mandaré contra una nación impía, y contra el pueblo de mi ira lo enviaré; para que quite despojos y arrebate presa, y los pisotee como el lodo de las calles.


Por esta causa se encendió la ira de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y lo hirió; y se estremecieron los collados, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.


¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.


Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquél no es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.


del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y con su boca devorarán a Israel. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.


Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.


Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.


No toma contentamiento en la fuerza del caballo, ni se complace en las piernas del hombre.


Y por la mañana: Hoy habrá tempestad, porque el cielo tiene arreboles y está nublado. ¡Hipócritas! que sabéis discernir la faz del cielo; ¿Mas las señales de los tiempos no podéis?


Porque ¡cuán grande es su bondad, y cuán grande su hermosura! El trigo alegrará a los jóvenes, y el vino nuevo a las doncellas.


Pereció el hombre bueno de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres: todos acechan por sangre; cada uno caza a su hermano con red.


Vivo yo, dice el Señor Jehová, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros;


Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si podéis hallar algún hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo la perdonaré.


Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.


Pues como el joven se casa con una virgen, se casarán contigo tus hijos; y como el esposo se regocija con la esposa, así tu Dios se regocijará contigo.


Con arcos tirarán a los jóvenes, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los niños.


para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!


¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.


Porque la congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de soborno.


No tenga quien le haga misericordia; ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.


Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová, para irritar los ojos de su majestad.


No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, y mataste a tu pueblo. La simiente de los malhechores nunca será nombrada.


Y la tierra se corrompió bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto eterno.


Mas Él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malhechores, y contra la ayuda de los obradores de iniquidad.


Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.


Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;


Envié entre vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; pero no os volvisteis a mí, dice Jehová.


En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.


Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.


Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; vuestro aliento, como fuego os consumirá.


Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados en el fuego.


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