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Isaías 47:1 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Desciende y siéntate en el polvo, oh virgen, hija de Babilonia, siéntate en la tierra; no hay trono, oh hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Desciende, hija virgen de Babilonia, y siéntate en el polvo porque han terminado tus días de estar sentada en el trono. Oh hija de Babilonia, nunca volverás a ser la encantadora princesa, tierna y delicada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Baja y siéntate en el suelo, virgen hija de Babel! No más trono: Siéntate en la tierra, hija de los caldeos. Ya no te llamarán más delicada y tierna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Baja, siéntate en el polvo, oh virgen hija de Babilonia! ¡Siéntate en el suelo, sin trono, Oh hija de los caldeos! Nunca más volverás a ser llamada tierna y delicada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel; siéntate en el suelo, sin trono, hija de los caldeos; que ya no te llamarán la mimada, la delicada.

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Isaías 47:1
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Porque así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era; tiempo es ya de trillarla; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.


Oh hija de Babilonia, serás destruida, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.


Oh Sión, la que moras con la hija de Babilonia, escápate.


Arco y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán misericordia; su voz rugirá como el mar, y montarán sobre caballos; se apercibirán como hombre para la batalla, contra ti, oh hija de Babilonia.


Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto; por demás multiplicarás medicinas; no hay curación para ti.


Sus puertas lamentarán y se enlutarán, y ella, desolada, se sentará en tierra.


Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destructor de Moab subirá contra ti, destruirá tus fortalezas.


esta es la palabra que Jehová habló acerca de él: La virgen, la hija de Sión te ha menospreciado, y ha hecho escarnio de ti; a tus espaldas mueve su cabeza la hija de Jerusalén.


Porque tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos.


Cuanto ella se ha glorificado, y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto.


Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.


Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; se vestirán de espanto, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento y estarán ante ti atónitos.


Los que comían delicadamente, asolados fueron en las calles; los que se criaron entre púrpura, abrazaron los muladares.


Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada: Mataste en el día de tu furor, degollaste, no perdonaste.


Se sentaron en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sión; echaron polvo sobre sus cabezas, se ciñeron de cilicio; las vírgenes de Jerusalén bajaron sus cabezas a tierra.


Di al rey y a la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona de vuestra gloria caerá de vuestras cabezas.


Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suéltate de las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sión.


Porque derribó los que moraban en lugar alto; humilló la ciudad enaltecida, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.


Y dijo: No te alegrarás más, oh tú, oprimida virgen, hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim; y aun allí no tendrás reposo.


Hiciste cesar su gloria, y echaste su trono por tierra.


Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.


Y tomó Job un tiesto para rascarse con él, y se sentó en medio de ceniza.


y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las naciones; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendrán abajo los caballos, y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano.


Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, y echó de sí su vestidura, y se cubrió de cilicio, y se sentó sobre ceniza.


La carga acerca de Babilonia, que vio Isaías, hijo de Amoz.


La palabra que Jehová habló contra Babilonia, y contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías.


Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día de su ardiente ira.


Porque Jehová tendrá misericordia de Jacob, y todavía escogerá a Israel y los establecerá en su propia tierra; y a ellos se juntarán extranjeros, y se unirán a la casa de Jacob.


La carga del desierto del mar. Como pasan los torbellinos en el Neguev, así viene del desierto, de una tierra terrible.


Así dice Jehová: He aquí que yo levanto un viento destructor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí.


Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta: confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová.


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