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Isaías 31:1 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y ponen su esperanza en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son muy fuertes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

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Biblia Reina Valera 1960

1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Qué aflicción les espera a los que buscan ayuda en Egipto, al confiar en sus caballos, en sus carros de guerra y en sus conductores; y al depender de la fuerza de ejércitos humanos en lugar de buscar ayuda en el Señor, el Santo de Israel!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Pobres de aquellos que bajan a Egipto, por si acaso consiguen ayuda! Pues confían en la caballería, en los carros de guerra, que son numerosos, y en los jinetes, porque son valientes. ¿Por qué no hicieron caso del Santo de Israel y no consultaron a Yavé?

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Ay de los que bajan a Egipto por socorro, Y confían en caballos y confían en carros, porque son muchos, Y en jinetes, porque son fuertes, Y no se fijan en el Santo de Israel, Y no consultan a YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Ay de los que bajan a Egipto por ayuda y buscan apoyo en su caballería! Confían en los carros, que son muchos; en los jinetes, que son muy numerosos, y no miran al Santo de Israel, a Yahveh no consultan.

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Isaías 31:1
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Algunos confían en carros, y otros en caballos; pero nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.


Así dice Jehová: Maldito el hombre que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.


Pero que no se aumente caballos, ni haga volver el pueblo a Egipto para acrecentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No procuraréis volver más por este camino.


Según está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; pero no hemos rogado a la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad.


Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, para cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.


¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo?


sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre ligeros corceles cabalgaremos; por tanto, serán ligeros los que os persiguen.


He aquí que confías en este bordón de caña frágil, en Egipto, sobre el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y se la atravesará. Tal es Faraón, rey de Egipto, para con todos los que en él confían.


No nos librará Asiria; no montaremos sobre caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Vosotros sois nuestros dioses; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.


Todos ellos arden como un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes; no hay entre ellos quien a mí clame.


Pero se rebeló contra él enviando sus embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará el que hace tales cosas? ¿Podrá romper el pacto y escapar?


Mas el pueblo no se volvió al que lo hería, ni buscaron a Jehová de los ejércitos.


E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas del estanque antiguo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis al que hace mucho tiempo lo labró.


En aquel tiempo el vidente Hanani vino a Asa, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.


Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta el mismo infierno.


Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino; y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.


Su tierra está llena de plata y de oro y sus tesoros no tienen fin. También su tierra está llena de caballos, y sus carros son innumerables.


No volverá a la tierra de Egipto, sino que el asirio será su rey, porque no se quisieron convertir.


Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para asirse de ti; porque escondiste de nosotros tu rostro, y nos has consumido a causa de nuestras iniquidades.


Cuando saliereis a la guerra contra tus enemigos, y veas caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de la tierra de Egipto.


Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.


Y se turbarán y avergonzarán de Etiopía, su esperanza, y de Egipto, su gloria.


Yo soy Jehová, vuestro Santo, el Creador de Israel, vuestro Rey.


Así dice Jehová, el Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había salido en vuestro socorro, se volverá a su tierra en Egipto.


y diciendo: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni tendremos hambre de pan, y allá moraremos;


Y no será más a la casa de Israel por confianza, que les haga recordar el pecado, mirando en pos de ellos; y sabrán que yo soy el Señor Jehová.


No ejecutaré el furor de mi ira, no volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre; el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.


¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? ¡No moriremos! Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Dios poderoso, lo fundaste para castigar.


Dios viene de Temán, y el Santo del monte de Parán (Selah). Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza.


Y ellos trajeron sus ganados a José; y José les dio pan a cambio de los caballos, y de los rebaños, y del ganado de las vacas, y de los asnos: y los sustentó de pan por todos sus ganados aquel año.


Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrarse poderoso a los que tienen corazón perfecto para con Él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá guerras contra ti.


¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, y le confiarás tu labor?


del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y con su boca devorarán a Israel. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.


Y serán como hombres valientes, que en la batalla pisotean al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque Jehová será con ellos; y los que montan a caballo serán avergonzados.


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