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Isaías 30:16 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre ligeros corceles cabalgaremos; por tanto, serán ligeros los que os persiguen.

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Biblia Reina Valera 1960

16 sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 “No —dijeron ustedes—, nuestra ayuda vendrá de Egipto; ellos nos darán caballos veloces para entrar en batalla”. Sin embargo, la única velocidad que verán ¡será la de sus enemigos dándoles caza!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Pero ustedes no lo han aceptado y han dicho: '¡Mejor huiremos a caballo!' ¡Pues bien, huyan no más! Y han añadido: 'En rápidos carros. ¡Muy bien, sus perseguidores serán todavía más rápidos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Sino que dijisteis: ¡No! Huiremos a caballo. Por eso, ¡ciertamente huiréis! Dijisteis: ¡En veloces corceles cabalgaremos! Por eso, ¡más veloces serán vuestros perseguidores!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 y dijisteis: 'No será así, a caballo huiremos'. Está bien: huiréis. 'En corcel montaremos'. En corcel montarán los que os persiguen.

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Isaías 30:16
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y ponen su esperanza en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son muy fuertes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!


Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.


Y sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos; y sus jinetes se multiplicarán: vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águila que se apresura a la comida.


Unce al carro dromedarios, oh moradora de Laquis: Ella es el principio de pecado a la hija de Sión; porque en ti se encontraron las transgresiones de Israel.


Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Hiere el umbral, y estremézcanse las puertas: y córtales en piezas la cabeza de todos; y el postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien se fugue, ni quien escape.


Nuestros perseguidores fueron más veloces que las águilas del cielo; sobre las montañas nos persiguieron, en el desierto nos tendieron emboscada.


Entonces fue abierta una brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta de entre los dos muros, que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del desierto, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.


He aquí que subirá como nubes, y sus carros como un torbellino; sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque hemos sido saqueados!


No toma contentamiento en la fuerza del caballo, ni se complace en las piernas del hombre.


Vano es el caballo para salvarse, y no librará a nadie por la grandeza de su fuerza.


Jehová traerá contra ti una nación de lejos, desde lo último de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entenderás;


Jehová te entregará herido delante de tus enemigos; por un camino saldrás a ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás removido hacia todos los reinos de la tierra.


Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo tomó en las llanuras de Jericó, habiéndose dispersado todo su ejército.


Su tierra está llena de plata y de oro y sus tesoros no tienen fin. También su tierra está llena de caballos, y sus carros son innumerables.


Y sucedió que al verlos Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y el rey salió por el camino del desierto.


No huya el ligero, ni el valiente escape al norte; junto a la ribera del Éufrates tropezaron y cayeron.


¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, y le confiarás tu labor?


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