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Isaías 21:4 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi placer se me tornó en espanto.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 La cabeza me da vueltas y se me acelera el corazón; anhelaba que llegara la noche, pero ahora la oscuridad me da terror.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Ando perdido, cosas horribles me llenan de terror; el atardecer, que tanto esperaba, ahora me causa pánico.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Se me turba el corazón y el terror me sobrecoge; El crepúsculo anhelado se me convirtió en espanto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Mi corazón siente vértigo, el terror me espanta; el crepúsculo deseado se me ha convertido en horror.

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Isaías 21:4
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Porque como espinas entretejidas, estando embriagados con su vino, serán consumidos como paja completamente seca.


En aquella misma hora salieron unos dedos de mano de hombre, y escribían delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la palma de la mano que escribía.


El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.


Y embriagaré a sus príncipes y a sus hombres sabios, a sus capitanes, a sus gobernadores y a sus hombres valientes; y dormirán sueño perpetuo y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.


En su calor les pondré sus banquetes; y les haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová.


Y añadió Amán: También la reina Esther a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella preparó, sino a mí; y aun para mañana estoy invitado por ella con el rey.


Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y por la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.


En esa misma noche fue muerto Belsasar, rey de los caldeos.


Como el águila despierta su nidada, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus alas.


Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto.


Ellos entonces se estremecieron, y se levantaron todos los convidados que estaban con Adonías, y se fue cada uno por su camino.


Y dije: ¡Oh, que tuviese alas como de paloma! porque entonces yo volaría, y descansaría.


¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque el sonido de la trompeta has oído, oh alma mía, el pregón de guerra.


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