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Hechos 8:27 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Entonces él se levantó, y fue. Y he aquí un etíope, eunuco, hombre de gran autoridad bajo Candace reina de los etíopes, el cual estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,

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Biblia Reina Valera 1960

27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Entonces él emprendió su viaje y se encontró con el tesorero de Etiopía, un eunuco de mucha autoridad bajo el mando de Candace, la reina de Etiopía. El eunuco había ido a Jerusalén a adorar

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Felipe se levantó y se puso en camino. Y justamente pasó un etíope, un eunuco de Candaces, reina de Etiopía, un alto funcionario al que la reina encargaba la administración de su tesoro. Había ido a Jerusalén a rendir culto a Dios

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y levantándose, fue. Y he aquí un hombre etíope, eunuco, funcionario de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba sobre todo su tesoro, quien había ido a adorar° a Jerusalem,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Se levantó y partió. Un etíope, eunuco, alto funcionario de Candace, reina de los etíopes, que estaba al frente de todos sus tesoros, había venido a Jerusalén a adorar.

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Hechos 8:27
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De más allá de los ríos de Etiopía, mis suplicantes, aun la hija de mis esparcidos, me traerán ofrenda.


Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía pronto extenderá sus manos a Dios.


Y cuando Ebedmelec, el etíope, uno de los eunucos que estaba en casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la mazmorra, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín,


Mencionaré a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen. He aquí Filistea, y Tiro, con Etiopía: Este nació allá.


Y había ciertos griegos de los que habían subido a adorar en la fiesta.


La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y he aquí, uno mayor que Salomón en este lugar.


¿Podrá el etíope mudar su piel, o el leopardo sus manchas? Entonces también vosotros podéis hacer el bien, estando habituados a hacer el mal.


Y pondré entre ellos señal, y enviaré a los que escaparon de ellos a las naciones, a Tarsis, a Pul y Lud, que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las islas apartadas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y ellos publicarán mi gloria entre los gentiles.


Multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Seba; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová.


Y andarán los gentiles a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.


Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía y los sabeos, hombres de gran estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán en cadenas; se inclinarán delante de ti y te suplicarán, diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.


Diré al norte: Da acá, y al sur: No detengas; trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas desde los confines de la tierra,


Por razón de tu templo en Jerusalén, los reyes te ofrecerán dones.


Y cuando la reina de Seba oyó la fama de Salomón, debido al nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles.


Por fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por herencia; y salió sin saber a dónde iba.


Ve, y habla a Ebedmelec, el etíope, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y se cumplirán en aquel día en presencia tuya.


En aquel tiempo será traído presente a Jehová de los ejércitos, de la nación dispersada y raída, y del pueblo temible desde su principio y después; nación agredida y pisoteada, cuya tierra destruyeron los ríos; al lugar del nombre de Jehová de los ejércitos, al monte de Sión.


regresaba, y sentado en su carro, leía el profeta Isaías.


Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?


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