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Hechos 7:51 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

51 Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

51 »¡Pueblo terco! Ustedes son paganos de corazón y sordos a la verdad. ¿Resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

51 Ustedes son un pueblo de cabeza dura, y la circuncisión no les abrió el corazón ni los oídos. Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo, al igual que sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazones y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, también vosotros.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

51 ¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre estáis resistiendo al Espíritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.

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Hechos 7:51
38 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Circuncidad pues el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.


yo también habré andado en contra de ellos, y los habré metido en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado;


Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.


Circuncidaos para Jehová, y quitad los prepucios de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.


Pero ellos se rebelaron, y contristaron su Santo Espíritu; por lo cual Él se volvió su enemigo, y peleó contra ellos.


Pues Jehová dijo a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz: en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré; quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer.


Y Jehová dijo a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz:


Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu adoramos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.


(A la tierra que fluye leche y miel); porque yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.


Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.


¿A quiénes hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.


y no sean como sus padres, una generación contumaz y rebelde; una generación que no dispuso su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel para con Dios.


En quien también sois circuncidados de circuncisión no hecha de mano, en el despojamiento del cuerpo del pecado de la carne, en la circuncisión de Cristo.


Pues la circuncisión ciertamente aprovecha si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.


Al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto,


Entonces el que maltrataba a su prójimo, le empujó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez sobre nosotros?


Y los patriarcas, movidos de envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,


Así dice el Señor Jehová: Ningún hijo de extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel.


De traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario, y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grosura y la sangre; y de quebrantar mi pacto con todas vuestras abominaciones.


Los soportaste muchos años, y les amonestaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.


Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes contra Jehová; ¿y cuánto más después que yo haya muerto?


Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así dice el Señor Jehová.


Mas ellos no obedecieron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección.


Por cuanto yo sabía que eres obstinado, y tendón de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,


No levantéis en alto vuestro cuerno; no habléis con cerviz erguida.


Mas ellos y nuestros padres hicieron soberbiamente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.


No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová y venid a su santuario, el cual Él ha santificado para siempre; y servid a Jehová, vuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de vosotros.


Y Jehová tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu simiente, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.


Y me habló Jehová, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí, que es pueblo duro de cerviz.


Por tanto, sabe que no por tu justicia Jehová tu Dios te da esta buena tierra para poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú.


y dijo: Si ahora, oh Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque este es pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.


A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez?, a este envió Dios por príncipe y libertador por mano del Ángel que le apareció en la zarza.


Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, para santificarme en las aguas a ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin.


Pero ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.


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