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Hebreos 9:19 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Porque habiendo hablado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana, e hisopo, roció al mismo libro, y también a todo el pueblo,

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pues después de que Moisés había leído cada uno de los mandamientos de Dios a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y las cabras junto con agua, y roció tanto el libro de la ley de Dios como a todo el pueblo con ramas de hisopo y lana de color escarlata.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Cuando Moisés terminó de proclamar ante el pueblo todas las ordenanzas de la Ley, tomó sangre de terneros y de chivos, la mezcló con agua, lana roja e hisopo y roció el propio libro del testamento y al pueblo, diciendo:

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 porque habiendo sido proclamados por Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros, con agua y lana escarlata e hisopo, roció el rollo mismo, y a todo el pueblo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Porque, tras haber leído Moisés a todo el pueblo el conjunto de las prescripciones legales, tomando la sangre de los becerros y machos cabríos, juntamente con agua, lana escarlata e hisopo, roció al libro mismo y a todo el pueblo,

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Hebreos 9:19
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una sola vez en el lugar santísimo, habiendo obtenido, para nosotros, eterna redención.


Y una persona limpia tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, y sobre todos los vasos, y sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro:


Y el sacerdote tomará madera de cedro, e hisopo y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la becerra.


Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.


elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.


Y rociaré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.


Entonces salió Jesús, llevando la corona de espinas y la ropa de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!


Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron de una ropa de púrpura;


Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propias vestiduras, y le sacaron para crucificarle.


Y le vistieron de púrpura; y tejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza.


y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata.


así Él rociará muchas naciones; los reyes cerrarán ante Él la boca; porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.


Y si su ofrenda para sacrificio de paz a Jehová es del rebaño, sea macho o hembra, sin defecto la ofrecerá.


Y si su ofrenda para holocausto fuere de los rebaños, ya sea de los corderos o de las cabras, un macho sin defecto ofrecerá.


Y tomad un manojo de hisopo, y mojadle en la sangre que estará en una jofaina, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en la jofaina; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.


Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.


y a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre del rociamiento que habla mejor que la de Abel.


Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,


Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de una becerra, rociadas a los inmundos santifican para la purificación de la carne,


De donde ni aun el primer testamento fue consagrado sin sangre.


acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.


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