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Hebreos 2:11 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 de este modo el que comunicaba la santidad se identificaría con aquellos a los que santificaba. Por eso él no se avergüenza de llamarnos hermanos, cuando dice:

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Porque el que santifica y los que son santificados, son todos de Uno, por esta razón no se avergüenza de llamarlos hermanos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Además, tanto el que consagra como los consagrados proceden todos del mismo origen, y por esto precisamente no se avergüenza de llamarlos hermanos

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Hebreos 2:11
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.


En esa voluntad nosotros somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez.


Jesús le dijo: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.


Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta.


Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.


Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.


Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.


Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.


Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,


Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo la ley,


Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de su habitación;


Pero ahora anhelaban una mejor patria, esto es, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les había preparado una ciudad.


Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación perversa y adúltera, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.


Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan a Galilea, y allí me verán.


Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas han dicho: Porque también nosotros somos linaje suyo.


Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando viniere en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.


Y mirando alrededor a los que estaban sentados en derredor de Él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.


Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;


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