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Hebreos 10:39 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que creen para salvación del alma.

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Biblia Reina Valera 1960

39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Nosotros no somos de los que se retiran y pierden, sino que somos hombres de fe que salvan sus almas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Pero nosotros no somos de los que retrocedemos para destrucción, sino de los que tenemos fe para preservación del alma.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Y nosotros no somos de los que se vuelven atrás, para su perdición; sino de los que permanecen en la fe, para salvación del alma.

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Hebreos 10:39
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¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?


que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está lista para ser manifestada en el tiempo postrero.


El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.


Si alguno ve a su hermano cometer pecado no de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; digo a los que pecan no de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.


Me pesa el haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.


Pero los cielos que son ahora, y la tierra, son reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.


Es, pues, la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de lo que no se ve.


Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para obtener salvación por nuestro Señor Jesucristo;


Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste yo los guardé; y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese.


Y esta es la voluntad del que me envió: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.


Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, habitan allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.


No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni nuestros pasos se han apartado de tu camino;


Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición,


Pero estas se han escrito, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


El de corazón descarriado será hastiado de sus caminos; y el hombre de bien estará contento del suyo.


Porque el descarrío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los destruirá.


Y la bestia que era, y no es, es también el octavo, y es de los siete, y va a perdición.


Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado,


Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte.


De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.


La bestia que has visto, era, y no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir a perdición; y los moradores de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán cuando vean la bestia, que era y no es, aunque es.


Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.


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