Habacuc 3:14 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁴ Horadaste con sus propias varas las cabezas de sus villas, que como tempestad acometieron para dispersarme; su regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.

កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

¹⁴ Horadaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros, Que como tempestad acometieron para dispersarme, Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁴ Con sus propias armas destruiste al jefe de los que se lanzaron como un torbellino, pensando que Israel sería presa fácil.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁴ Traspasas con tus flechas la cabeza de sus jefes, que se lanzaban gozosos para aplastarnos, para devorar callando al desdichado.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁴ Con sus propios dardos traspasas al caudillo, Y sus tropas se dispersan en torbellino, Cuando triunfantes iban a devorar una víctima a escondidas.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁴ Traspasas con tus saetas la cabeza de sus guerreros, se dispersan como torbellino todas sus tropas cuando se disponían, triunfantes, a devorar en secreto a un desvalido.

Habacuc 3:14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Zacarías 9:14

Y Jehová será visto sobre ellos, y su saeta saldrá como un relámpago; y Jehová el Señor tocará la trompeta, e irá con torbellinos del sur.

Daniel 11:40

Y al tiempo el fin el rey del sur se enfrentará con él; y el rey del norte vendrá contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchos navíos; y entrará por las tierras y desbordará, y pasará adelante.

Salmos 10:8

Se sienta al acecho en las aldeas; en los escondrijos mata al inocente; sus ojos están acechando al pobre.

Salmos 83:2

Porque he aquí que rugen tus enemigos; y los que te aborrecen alzan cabeza.

Jueces 7:22

Mas los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, hacia Zerera, y hasta el término de Abel-mehola en Tabat.

Éxodo 1:22

Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad en el río a todo hijo que naciere, y a toda hija preservad la vida.