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Habacuc 1:6 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Estoy levantando a los babilonios, un pueblo cruel y violento. Marcharán por todo el mundo y conquistarán otras tierras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Pues ahora empujo a los caldeos, pueblo terrible y arrollador, que recorre enormes distancias para apoderarse de países ajenos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 He aquí levanto a los caldeos, pueblo cruel e impetuoso que marcha por la anchura de la tierra conquistando poblaciones ajenas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Mirad: yo suscito a los caldeos, pueblo violento e impetuoso, que recorre la anchura de la tierra para conquistar moradas ajenas.

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Habacuc 1:6
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero Jehová envió contra él tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de amonitas; los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas.


He aquí, yo traigo sobre vosotros una nación de lejos, oh casa de Israel, dice Jehová; una nación poderosa, una nación antigua, una nación cuya lengua no conoces, ni entiendes lo que hablan.


he aquí yo enviaré y tomaré a todas las familias del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra, y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por espanto, y por escarnio, y por perpetua desolación.


Mira la tierra de los caldeos; este pueblo no existía; hasta que Asiria la fundó para los moradores del desierto; levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; Él la convirtió en ruinas.


Así dice Jehová, el Dios de Israel: He aquí yo vuelvo atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con las cuales vosotros peleáis contra el rey de Babilonia y contra los caldeos, que os tienen sitiados fuera de la muralla, y yo los reuniré en medio de esta ciudad.


Por eso vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros.


Alzad bandera hacia Sión, retiraos, no os detengáis; porque yo traeré mal del norte, y gran destrucción.


Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos.


Y subió contra él Nabucodonosor, rey de Babilonia, y atado con cadenas lo llevó a Babilonia.


En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar.


Por tanto, daré sus esposas a otros, y sus campos a los que los posean; porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, son dados a la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Alzad vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermoso rebaño?


Y después, dice Jehová, entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus siervos, y al pueblo, y a los que quedaren en la ciudad de la pestilencia, de la espada y del hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan sus vidas; y él los herirá a filo de espada; no los perdonará ni les tendrá compasión ni les tendrá misericordia.


Y harán subir contra ti una multitud, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas.


Y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré encender sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción.


por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los violentos de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.


Y los extranjeros, los violentos de las naciones lo han cortado, y lo han abandonado. Sus ramas caerán sobre las montañas y por todos los valles, y por todos los ríos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán.


En su tiempo subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joacim vino a ser su siervo por tres años; pero luego volvió y se rebeló contra él.


Porque así dice Jehová: Hemos oído voz de temblor, de temor, y no de paz.


Fuego devorará delante de ellos, y detrás de ellos abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de ellos, y detrás de ellos un desierto desolado; ni tampoco habrá quien de ellos escape.


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