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Génesis 44:16 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿O con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fue hallada la copa.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 —Oh, mi señor —contestó Judá—, ¿qué podemos responderle? ¿Cómo podemos explicar esto? ¿Cómo podemos probar nuestra inocencia? Dios nos está castigando por nuestros pecados. Mi señor, todos hemos regresado para ser sus esclavos, todos nosotros, y no solo nuestro hermano que tenía la copa en su costal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Contestó Judá: '¿Qué podemos decir a mi señor, y cómo podemos justificarnos? Dios ha descubierto alguna falta en tus servidores. En adelante seremos esclavos de mi señor, junto con aquél en cuyo poder se encontró la copa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Cómo nos justificaremos? ’Elohim ha descubierto la iniquidad de tus siervos. He aquí, somos esclavos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuya mano fue hallada la copa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Contestó Judá: '¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Cómo le hablaremos para poder justificarnos? Es Dios quien manifiesta la culpa de tus siervos. Seremos, pues, esclavos de mi señor, nosotros y también aquél en cuyo poder fue hallada la copa'.

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Génesis 44:16
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Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor.


Tuya oh Señor, es la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy sucede a todo hombre de Judá, y a los moradores de Jerusalén, y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que contra ti se rebelaron.


Porque nada hay encubierto, que no haya de ser revelado; ni oculto, que no haya de saberse.


Mas si así no lo hiciereis, he aquí habréis pecado contra Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará.


Y al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?


Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os volverán a medir.


De esta manera, pues, será expiada la iniquidad de Jacob; y este será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando Él haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y ya no sean levantadas las estatuas de Asera, ni las imágenes del sol.


Ahora, pues, moradores de Jerusalén y varones de Judá, juzgad entre mí y mi viña.


El hombre que hace violencia con sangre de persona, huirá hasta la fosa, y nadie lo detendrá.


El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová.


He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.


Oh Jehová, Dios de Israel, tú eres justo; pues que hemos quedado un remanente que ha escapado, como en este día, he aquí, estamos delante de ti en nuestros delitos; porque no podemos estar en tu presencia a causa de esto.


Mas ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos,


Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le metieron en Jerusalén, donde murió.


E hizo venir a los varones de su casa, y fue tomado Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.


Pero los hijos de Israel cometieron prevaricación en el anatema: porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.


Cuando hubiere pleito entre algunos, y vinieren a juicio, y los juzgaren, y absolvieren al justo y condenaren al inicuo,


Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo volviere, entonces yo seré culpable ante mi padre todos los días.


Y soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.


He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba, y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío.


Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fue hallada la copa, él será mi siervo; y vosotros, suban en paz a vuestro padre.


Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer en memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?


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