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Génesis 15:1 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y soy tu galardón sobremanera grande.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Tiempo después, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo: —No temas, Abram, porque yo te protegeré, y tu recompensa será grande.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Después de estos sucesos, Yavé dirigió su palabra a Abram en una visión, y le dijo: 'No temas, Abram, yo soy tu protector. Tu recompensa será muy grande.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Después de estas cosas, fue la palabra de YHVH a Abram en visión, diciendo: No temas Abram, Yo mismo soy tu escudo y gran galardón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Después de estos sucesos, Yahveh dirigió la palabra a Abrán en una visión, diciéndole: 'No temas, Abrán. Yo soy tu escudo; tu recompensa será muy grande'.

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Génesis 15:1
65 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; sí, siempre te ayudaré, siempre te sostendré con la diestra de mi justicia.


Mi escondedero y mi escudo eres tú: En tu palabra he esperado.


Porque sol y escudo es Jehová Dios: Gracia y gloria dará Jehová: No quitará el bien a los que en integridad andan.


Y se le apareció Jehová aquella noche y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu simiente por amor a Abraham mi siervo.


No temas, gusano de Jacob, ni vosotros, varones de Israel; yo te ayudaré, dice Jehová, tu Redentor, el Santo de Israel.


Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto en Él esperaré.


No temáis, manada pequeña; porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.


Porque tú, Jehová, bendecirás al justo; lo rodearás de benevolencia como con un escudo.


Jehová es mi Roca, mi castillo y mi Libertador; mi Dios, mi fortaleza, en Él confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, y mi alto refugio.


Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea completa por Jehová, el Dios de Israel, que has venido a refugiarte bajo sus alas.


Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.


No temas, porque yo soy contigo; del oriente traeré tu simiente, y del occidente te recogeré.


Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi refugio, y mi porción en la tierra de los vivientes.


Pero tú, oh Jehová, eres escudo alrededor de mí, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.


Y oyó Dios la voz del muchacho; y el Ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.


Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.


Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay recompensa para el justo; ciertamente Él es un Dios que juzga en la tierra.


Y Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y se hizo gran bonanza.


Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado?


Salmo de David Jehová es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?


El impío hace obra falsa; mas el que siembra justicia, tendrá galardón seguro.


Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro: Escudo y adarga es su verdad.


Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis miedo de ellos; porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.


Me dijo luego: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.


Así dice Jehová, tu Hacedor, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.


Pero ahora, así dice Jehová, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.


Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con retribución; Dios mismo, Él vendrá y os salvará.


Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; quedaos quietos, y ved la salvación de Jehová, que Él hará hoy con vosotros; porque a los egipcios que hoy habéis visto, ya nunca más los veréis.


Y cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;


Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,


sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir; todo es vuestro,


Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y de buen testimonio en toda la nación de los judíos, fue avisado de Dios por un santo Ángel, de hacerte venir a su casa, y oír de ti palabras.


Toda palabra de Dios es pura: Él es escudo a los que en Él confían.


Mira, oh Dios, escudo nuestro, y pon los ojos en el rostro de tu ungido.


(Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente; porque el que hoy se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).


Enseguida me levantó el Espíritu, y me llevó en visión del Espíritu de Dios a Caldea, a los de la cautividad. Y se fue de mí la visión que había visto.


Dijo más David a Salomón su hijo: Esfuérzate y sé valiente, y ponlo por obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; Él no te dejará, ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.


Y aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, el quinto día del mes, estando yo en medio de los cautivos junto al río de Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.


Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.


No temáis, ni tengáis miedo; ¿no os lo he dicho desde antiguo, y lo he declarado? Vosotros sois mis testigos. ¿Hay un Dios aparte de mí? No hay otro Dios; no conozco ninguno.


Y Él les dijo: Oíd ahora mis palabras: Si entre vosotros hubiere profeta de Jehová, yo le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.


Y respondió Abram: Señor Jehová ¿qué me has de dar, siendo así que ando sin hijos, y el mayordomo de mi casa es ese Eliezer de Damasco?


Y he aquí, vino a él la palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino el que saldrá de tus entrañas será tu heredero.


Y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido hacerme daño.


Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte: Yo soy tu porción y tu heredad en medio de los hijos de Israel.


Dijo el que oyó las palabras de Dios, el que vio la visión del Todopoderoso, cayendo en éxtasis, pero con sus ojos abiertos:


Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo:


Dios es mi Roca, en Él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salvación, mi fortaleza alta y mi refugio; mi Salvador, tú me libras de violencia.


Y aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.


Y aconteció después de estas cosas, que fue dada nueva a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:


No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos: Jehová es su heredad, como Él les ha dicho.


Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.


Con mi voz clamé a Jehová, y Él me respondió desde su monte santo. (Selah)


Oh casa de Aarón, confiad en Jehová. Él es su ayuda y su escudo.


He aquí que el Señor Jehová vendrá con mano fuerte, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con Él, y su obra delante de su rostro.


Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en mano de aquellos a quienes tú temes.


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