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Filipenses 3:18 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Porque muchos andan, de los cuales os he dicho muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;

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Biblia Reina Valera 1960

18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Porque muchos viven como enemigos de la cruz de Cristo; se lo he dicho a menudo y ahora se lo repito llorando.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Porque andan muchos, de los cuales frecuentemente os decía, y ahora hasta lo digo llorando, que son enemigos de la cruz del Mesías,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Pues hay muchos, de los cuales os hablé a menudo, y ahora lo repito llorando, que caminan como enemigos de la cruz de Cristo,

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Filipenses 3:18
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esto, pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,


Porque Jehová me habló así con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:


Todos los que quieren agradar en la carne, estos os constriñen a que os circuncidéis; solamente para no sufrir persecución por la cruz de Cristo.


Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?


No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban, y quieren pervertir el evangelio de Cristo.


Mas si no oyereis esto, en secreto llorará mi alma a causa de vuestra soberbia; y llorando amargamente, se desharán mis ojos en lágrimas, porque el rebaño de Jehová es llevado cautivo.


y principalmente a aquellos que siguen la carne en la concupiscencia de inmundicia, y menosprecian todo gobierno. Atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores.


Que ninguno agravie ni tome ventaja de su hermano, en nada; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.


siempre en todas mis oraciones, suplicando con gozo por todos vosotros,


envidias, homicidios, borracheras, desenfrenos y cosas semejantes a estas; de las cuales os denuncio, como también ya os denuncié, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.


No desecho la gracia de Dios, porque si por la ley fuese la justicia, entonces Cristo murió en vano.


¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace caer, y yo no me enfurezco?


Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, disfrazándose como apóstoles de Cristo.


Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande amor tengo para con vosotros.


¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,


Porque la predicación de la cruz es locura a los que se pierden; pero a nosotros los salvos, es poder de Dios.


Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.


Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,


Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede a los que andan con soberbia.


fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas erráticas, a las cuales está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.


Porque oímos que hay algunos de entre vosotros que andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear.


sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;


¡Oh si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!


Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.


Mas lejos esté de mí gloriarme, salvo en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.


El búho, el halcón nocturno, la gaviota, el gavilán según su género;


Y si reconociéndolo el sacerdote, ve que la postilla ha crecido en la piel, el sacerdote lo declarará inmundo: es lepra.


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