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Ezequiel 9:6 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Matad viejos, jóvenes y doncellas, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero no toquéis a ninguno sobre quien esté la señal; y habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Mátenlos a todos: ancianos, jóvenes, muchachas, mujeres y niños. Sin embargo, no toquen a ninguno que tenga la marca. Comiencen aquí mismo, en el templo». Entonces ellos comenzaron matando a los setenta líderes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Viejos, jóvenes, muchachas, niños y mujeres, mátenlos hasta acabar con ellos. Pero no tocarán a los que tienen la cruz. Comenzarán por mi Santuario. Comienzan pues con la gente que se encontraba delante del Templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¡Al anciano, al joven y a la doncella, a los niños y a las mujeres, matadlos hasta exterminarlos! Pero no os acerquéis a ninguno en quien esté la señal. ¡Comenzad por mi Santuario! Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante de la Casa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 a los viejos, a los chicos y chicas, a los niños y mujeres, matadlos, acabad con ellos, pero no toquéis a ninguno de los marcados con la cruz. Comenzad por mi santuario'. Comenzaron, pues, por los ancianos que estaban delante del templo.

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Ezequiel 9:6
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen el sello de Dios en sus frentes.


Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, Jehová pasará de largo aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.


Mas el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.


diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.


Porque he aquí, yo comienzo a traer el mal sobre la ciudad que es llamada por mi nombre; ¿y vosotros quedaréis sin castigo? No quedaréis sin castigo; porque espada traigo sobre todos los habitantes de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.


Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor y no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.


Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni viejo, ni decrépito; todos los entregó en sus manos.


Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruiréis en él todo lo que tuviere: y no te apiades de él; mata hombres y mujeres, niños, y aun los de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos.


Y tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno.


Estos son los que no fueron contaminados con mujeres; porque son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que Él va. Estos fueron redimidos de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.


A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.


Y el Espíritu me levantó y me metió por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente: y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco varones, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur, y a Pelatías hijo de Benaía, príncipes del pueblo.


Y las destruimos, como hicimos a Sehón, rey de Hesbón, destruyendo en toda ciudad a hombres, mujeres y niños.


Y Jehová le dijo: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Y Jehová puso una señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.


Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para exterminar a los niños de las calles y a los jóvenes de las plazas.


Morirán grandes y pequeños en esta tierra; no serán sepultados, ni los plañirán, ni se sajarán ni se raparán por ellos;


y le dijo Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.


Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.


Yo amontonaré males sobre ellos; Emplearé en ellos mis saetas.


Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, cansado estoy de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque tanto el marido como la esposa serán apresados, el viejo con el lleno de días.


Ahora, pues, así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vuestras almas, para ser cortados hombre y mujer, y niño de pecho, de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno;


provocándome a ira con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para morar, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas las gentes de la tierra?


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