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Ezequiel 5:12 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Una tercera parte del pueblo morirá de hambre y de enfermedades en la ciudad. Otra tercera parte será masacrada por el enemigo fuera de las murallas de la ciudad. A la otra tercera parte la dispersaré a los cuatro vientos y la perseguiré con mi espada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Un tercio de tus habitantes morirá de peste o será consumido por el hambre dentro de tus muros; un tercio será muerto a espada en todo tu alrededor, dispersaré a los demás a los cuatro vientos y accionaré la espada tras ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Un tercio de los tuyos morirá de peste, el hambre los consumirá dentro de ti; un tercio caerá a espada alrededor tuyo, y un tercio esparciré a todos los vientos, y los perseguiré con la espada desnuda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 'Una tercera parte de tus habitantes morirá de peste y perecerá de hambre dentro de ti; otra tercera parte caerá a espada en tus alrededores; y esparciré la otra tercera parte a todos los vientos, desenvainando la espada tras ellos.

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Ezequiel 5:12
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Una tercera parte quemarás con fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplieren los días del sitio, y tomarás una tercera parte, y herirás con espada alrededor de ella; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos.


Y será que si te preguntan: ¿A dónde saldremos? Entonces les dirás: Así dice Jehová: El que a muerte, a muerte; y el que a espada, a espada; y el que a hambre, a hambre; y el que a cautividad, a cautividad.


Y a todos los que estuvieren alrededor de él para ayudarle, y a todas sus tropas esparciré a todo viento, y desenvainaré espada en pos de ellos.


El que se quedare en esta ciudad, morirá a espada, o de hambre, o pestilencia: mas el que saliere y se pasare a los caldeos que os tienen cercados, vivirá, y su vida le será por despojo.


Por eso los padres se comerán a sus hijos en medio de ti, y los hijos se comerán a sus padres; y ejecutaré en ti juicios, y a todo tu remanente esparciré a todos los vientos.


He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto, serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.


Pero los dispersé con un torbellino entre todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desolación la tierra deseable.


Y si fueren en cautiverio, delante de sus enemigos, allí mandaré la espada y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien.


Mas dejaré un remanente de modo que tengáis quien escape de la espada entre las naciones, cuando seáis esparcidos por las tierras.


Enviaré sobre vosotros hambre, y malas bestias que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por ti, y meteré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado.


Ahora, pues, sabed de cierto que moriréis a espada, de hambre y de pestilencia, en el lugar donde deseasteis entrar para peregrinar allí.


Y los esparciré entre gentes que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que yo los acabe.


Y entre estas naciones no tendrás tranquilidad, ni la planta de tu pie tendrá reposo; sino que allí Jehová te dará un corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos y tristeza de alma.


y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y yermas vuestras ciudades.


Y miré, y he aquí un caballo pálido; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía. Y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.


Por tanto, yo los esparciré, como el tamo que es llevado por el viento del desierto.


Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.


De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada; y al que esté en la ciudad, el hambre y la pestilencia lo consumirán.


O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias,


O si enviare pestilencia sobre esa tierra, y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias,


Les dirás así: Así dice el Señor Jehová: Vivo yo, que los que están en aquellos asolamientos caerán a espada, y al que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán.


Y los esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras los juzgué.


Porque he aquí yo mandaré, y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra.


Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Poderoso de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios:


Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel.


Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y oblación, no los aceptaré; sino que los consumiré con espada, y con hambre y con pestilencia.


Languidece la que dio a luz a siete; ha entregado el espíritu; su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión: y lo que de ella queda, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová.


Ahora ha llegado el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi ira, y te juzgaré según tus caminos; y retribuiré sobre ti todas tus abominaciones.


Por lo cual así dice el Señor Jehová: ¿Cuánto más, si yo enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, y hambre, y mala bestia, y pestilencia, para cortar de ella hombres y bestias?


Y daré descanso a mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y reposaré, y ya no me enojaré más.


La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar baluarte, y edificar fuerte.


En tu suciedad perversa padecerás; porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu suciedad; nunca más te limpiarás, hasta que yo haga que mi ira repose sobre ti.


Porque al poner ellos su umbral junto a mi umbral, y su poste junto a mi poste, y sólo una pared entre ellos y yo, así han contaminado mi santo nombre con las abominaciones que han hecho; por tanto los consumí en mi furor.


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