Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Ezequiel 5:11 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, ciertamente por haber profanado mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, por tanto, yo también te disminuiré; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré misericordia.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

11 Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, te eliminaré por completo. No te tendré ninguna lástima porque has contaminado mi templo con tus imágenes repugnantes y tus pecados detestables.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Lo juro por mi vida, dice Yavé, puesto que tú ensuciaste mi Santuario con todas tus inmundicias y horrores, yo, por mi parte, te arrasaré, no te miraré con piedad, seré sin misericordia.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

11 Por eso, ¡vivo Yo! dice Adonay YHVH, que por haber profanado mi Santuario con tus ídolos y tus abominaciones, Yo también te quebrantaré. Mi ojo no perdonará ni tendré de ti misericordia.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Por eso -por mi vida; oráculo del Señor Yahveh-, puesto que has contaminado mi santuario con todos tus ídolos y todas tus abominaciones, también yo te voy a cortar de raíz, sin que se apiaden mis ojos de ti; no tendré compasión''.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Ezequiel 5:11
48 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En cuanto a la belleza de su ornamento, Él la puso en majestad; pero ellos hicieron de ella las imágenes de sus detestables ídolos; por eso se lo torné en cosa repugnante.


Y vendrán allá, y quitarán de ella todas las cosas detestables, y todas sus abominaciones.


Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; te pagaré conforme a tus caminos y a tus abominaciones que están en medio de ti; y sabréis que yo soy Jehová que hiere.


Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; sino que retribuiré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.


Y también todos los príncipes de los sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la prevaricación, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual Él había santificado en Jerusalén.


Yo Jehová he hablado; vendrá, y lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice el Señor Jehová.


Mas a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus cosas detestables y de sus abominaciones, yo haré que recaiga su camino sobre sus cabezas, dice el Señor Jehová.


Así también yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia, sino que haré recaer el camino de ellos sobre su cabeza.


Y a los otros dijo a mis oídos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.


Por tanto, yo también obraré con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y aunque griten a mis oídos con gran voz, yo no los oiré.


Y me metió en el atrio de adentro de la casa de Jehová: y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente.


Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada: Mataste en el día de tu furor, degollaste, no perdonaste.


Y primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque han contaminado mi tierra, han llenado mi heredad con los cadáveres de sus cosas detestables y abominables.


Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,


Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, mira, no sea que a ti tampoco te perdone.


Y si la caída de ellos es la riqueza del mundo, y el menoscabo de ellos, la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más la plenitud de ellos?


El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?


Y ellos serán míos, dice Jehová de los ejércitos, en el día que yo prepare mi especial tesoro; y los perdonaré como un hombre perdona a su hijo que le sirve.


Por tanto, no tendré ya más piedad de los moradores de la tierra, dice Jehová; porque he aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de su rey; y herirán la tierra, y yo no los libraré de sus manos.


Juró Jehová por la gloria de Jacob: Ciertamente yo no me olvidaré de ninguna de sus obras.


De traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario, y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grosura y la sangre; y de quebrantar mi pacto con todas vuestras abominaciones.


En comparación de los otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré, para que no se enseñoreen sobre las naciones.


Porque así dice el Señor Jehová: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma;


Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, diciendo: No hagáis ahora esta cosa abominable que yo aborrezco.


Antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es invocado mi nombre, contaminándola.


Corrígeme, oh Jehová, pero con juicio; no con tu ira, no sea que me reduzcas a nada.


Y luego son menoscabados y abatidos a causa de tiranía, de males y congojas.


Por tanto, juré en mi ira que no entrarían en mi reposo.


Además de esto puso una imagen tallada, el ídolo que había hecho, en la casa de Dios, de la cual Dios había dicho a David y a Salomón su hijo: En esta casa y en Jerusalén, la cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre;


También edificó altares en la casa de Jehová, de la cual Jehová había dicho: En Jerusalén estará mi nombre para siempre.


Derribó además el rey los altares que estaban sobre el aposento alto de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa de Jehová; y de allí corrió y arrojó el polvo en el torrente de Cedrón.


Y puso una imagen tallada de Asera que él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para siempre en esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel:


Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la cual Jehová había dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén.


Jehová no querrá perdonarle; sino que entonces humeará el furor de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo:


Así apartaréis a los hijos de Israel de sus inmundicias, a fin de que no mueran por sus inmundicias, ensuciando mi tabernáculo que está entre ellos.


Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará; hará él por huir de su mano.


Jehová ha hecho lo que tenía determinado, ha cumplido su palabra que Él había mandado desde tiempo antiguo: Destruyó, y no perdonó; y ha hecho que se alegre sobre ti el enemigo, y ha enaltecido el cuerno de tus adversarios.


Además me hicieron esto: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis sábados;


Diles: Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no me complazco en la muerte del impío, sino en que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?


Por tanto, así dice el Señor Jehová: Por cuanto os habéis multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, y no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes, ni siquiera habéis hecho según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros.


Entonces me dijo: ¿Has visto hijo de hombre? Vuélvete aún, y verás abominaciones mayores que estas.


pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa.


Porque al poner ellos su umbral junto a mi umbral, y su poste junto a mi poste, y sólo una pared entre ellos y yo, así han contaminado mi santo nombre con las abominaciones que han hecho; por tanto los consumí en mi furor.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម